Nesecito un cuento que ni dios lo conozca con inicio,Nudo y desenlace
Respuestas a la pregunta
El parque quedó solo....
Inicio
María, Paula y Julia eran tres amigas de doce años cada una. Vivían en un tranquilo pueblo cerca de una pradera. Allí tenían de todo, su escuela, su cine, su biblioteca, sus tiendas para comprar víveres y ropa, y, lo mejor de todo, un hermoso parque donde se reunían día a día a jugar desde que se conocieron a los 7 años.
El parque quedaba a la misma distancia de la casa de cada una, por la que todas caminaban los mismos cien metros para reunirse allí a divertirse en la rueda, en el columpio, en el sube y baja, o simplemente jugar con sus muñecas en el césped.
Nudo
Todo había transcurrido bien durante esos años de amistad. La hora del parque era la más deseada por ellas. Sin embargo, como todo en la vida, ese año ellas entraron en secundaria, y como cada una se había decidido por estudios distintos, sus horarios cambiaron y no pudieron coincidir como antes en su lugar especial.
Con el tiempo pasaron de verse solo tres veces a la semana cuando antes eran siete; luego solo dos veces, y al final ni se veían. Hubo mucha tristeza en sus corazones a raíz de ese alejamiento, pero las nuevas cosas que sucedían en sus vidas hacían que el pesar no fuera tan hondo. Fue así como en un año el parque quedó solo.
Desenlace
El tiempo, sin que las chicas se fijaran, pasó volando. Por cosas de la vida se mudaron del pueblo a estudiar en las distintas universidades que escogieron. Sin embargo, cuando las cosas son muy buenas, se repite.
Espero te sirva...
Respuesta:
Daniel y el lago

Inicio
Cuando Daniel se levantó esa mañana no imaginó que sería un día que guardaría en su memoria para siempre.
Parecía un día miércoles normal. Era el último mes de vacaciones y Daniel ya había cumplido los 8 años, lo que quería decir que a partir de este año empezaría a ir solo a su colegio. Estaba aterrado.
Desde su casa a su colegio solo había unas pocas manzanas de distancia, pero a mitad de camino había un lago de color negro que lo aterraba.
Su hermano mayor, Sebastián, que ahora iba a la universidad, le había dicho que en ese lago vivía un monstruo enorme con ojos en todo su cuerpo y una gran boca que se abría del tamaño de su cabeza. Ese monstruo se llamaba Hugo y se alimentaba de niños estudiosos.
Nudo
Daniel había pensado que tal vez podría decirle a su madre qué no quería ir a la escuela solo, pero temía que se burlaran de él. Ser el más pequeño era complicado, todos se reían cuando tenía miedo.
A medida que se acababa las vacaciones Daniel pensaba más y más en el lago y en Hugo. Cuando llegó el día de ir a clases, él no podía con los nervios. Desde el primer paso que dio fuera de casa sintió que las piernas le temblaban como gelatina.
Desenlace
Vio el lago desde la distancia y comenzó a sudar. Y entonces notó que tres niños jugaban tranquilamente en la orilla, eran compañeros de clase. Daniel se acercó paso a paso, con temor, prestando atención a todo. Se ocultó detrás de un árbol a ver a sus amigos jugar, ellos también tenían buenas calificaciones, Hugo aparecería en cualquier momento.
Pero pasaban los minutos y Hugo no aparecía. Finalmente, Daniel se acercó al grupo y compartió los minutos que quedaban antes de tener que emprender el camino a clases. Daniel siempre pensó en ese día como el día en que aprendió a no creer en monstruos.
Fin.