Nesecito un cuento para niños inventando porfavor
Respuestas a la pregunta
La gallina y el ciempiés
La gallina y el ciempiés eran amigos. Pero siempre estaban compitiendo entre ellos. Un día decidieron jugar un partido de fútbol para ver quién era el mejor jugando.
Entonces fueron a una cancha de fútbol y comenzaron su juego. La gallina era rápida, pero ciempiés era más rápido.
La gallina pateó lejos, pero el ciempiés pateó más lejos.
La gallina se sintió enojada.
Decidieron jugar una tanda de penales. Primero, el ciempiés fue el portero.
La Gallina anotó un solo gol. Entonces fue su turno de defender la portería.
El ciempiés pateó la pelota y anotó.
Lo hizo una y otra vez hasta anotar cinco goles.
La gallina se enojó aún más, no le gustaba perder. El ciempiés se rio al ver la reacción de su amiga.
En ese momento, la gallina muy enfurecida, abrió su pico y se tragó al ciempiés de un solo bocado... xd
Mientras la gallina caminaba hacia su casa, se encontró a la mamá del ciempiés. Mamá ciempiés preguntó:
-¿Has visto a mi hijo?
La gallina no dijo nada.
Mamá ciempiés estaba muy preocupada.
Entonces, Mamá ciempiés escuchó una voz diminuta.
-¡AYÚDAME LA CONCHA DE TU HERMANA >:V!
ok no .v.
Sigamos x'd...
-¡Ayúdame mamá! -dijo la voz-.
Mamá Ciempiés miró a su alrededor y escuchó con atención. La voz provenía de la barriga de la gallina.
Mamá Ciempiés dijo:
-¡Usa tu poder especial, hijo mío >:>!
Los ciempiés pueden desprender un mal olor y saber terrible.
La gallina comenzó a sentirse muy mal del estómago.
La gallina eructó. Luego escupió.
También estornudó y tosió.
¡El ciempiés sabía horrible >:v!
La gallina tosió tan fuerte que escupió al ciempiés. Mamá Ciempiés y su hijo se arrastraron hasta un árbol para esconderse
A partir de ese momento, todas las gallinas y los ciempiés son enemigos. U,n,U
Por favor lo subrayado no lo anotes xdd
El niño y los clavos
Había un niño que tenía muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, clavase un clavo en la cerca del patio de la casa. El primer día, el niño clavó 37 clavos. Al día siguiente, menos, y así el resto de los días. Él pequeño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter que tener que clavar los clavos en la cerca. Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y fue alegre a contárselo a su padre. ¡Había conseguido, finalmente, controlar su mal temperamento! Su padre, muy contento y satisfecho, le sugirió entonces que por cada día que controlase su carácter, sacase un clavo de la cerca. Los días pasaron y cuando el niño terminó de sacar todos los clavos fue a decírselo a su padre.
Entonces el padre llevó a su hijo de la mano hasta la cerca y le dijo:
– “Has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron. Jamás será la misma. Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter dejas una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa que pidas perdón. La herida siempre estará allí. Y una herida física es igual que una herida verbal. Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte”.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado :D.
Q conmovedor qwq