Historia, pregunta formulada por mairabeltran1021, hace 11 meses

Necesito urgente un resumen del cuento la historia desconocida de melchora nieto: una patriota valiente del libro te cuento la independencia por favorrrr!!!!! lo necesito hoy


mairabeltran1021: Muchas gracias es que me mandaron a leer todo el libro y hacer el resumen de cada cuento me libraste de una GRACIAS!!!
rcarlosmario149: ok
rcarlosmario149: tienes mas te la hago ya
rcarlosmario149: tu dices
mairabeltran1021: No tranquilo gracias a Dios ya voy a terminar solo me faltan 2 y eso lo hago rápido porque ya llevo todo el día leyendo, enserio gracias!!!
rcarlosmario149: te lo hago
mairabeltran1021: no tranquilo solo gracias cálmate yo lo hago rapido
rcarlosmario149: bueno DIOS te bendiga que te baya bien en la terea, cuiedate astaluego
mairabeltran1021: Muchas gracias hasta luego
rcarlosmario149: ok

Respuestas a la pregunta

Contestado por rcarlosmario149
4

Respuesta:

Cuando oímos o leemos sobre la Independencia casi siempre nos encontramos con  historias que nos narran batallas y acciones de hombres valerosos, que lucharon y  dieron sus vidas para hacer de la Nueva Granada un país libre. Aquellas historias de  héroes han llenado de orgullo a muchas generaciones, pero ésta que vamos a contar  narra otros hechos de esa misma historia: los de las mujeres que vivieron aquellos  difíciles momentos, mujeres valerosas que hicieron cuanto pudieron para garantizar el  bienestar de sus familias y de su patria.  

Puesto que un buen número de los hombres adultos de cada familia iba al ejército,

las mujeres, las hijas y los hijos pequeños se quedaban en sus hogares esperando

el regreso de los padres, esposos, hijos y novios. Sin embargo, debido a las guerras,

muchos de estos hombres eran capturados, heridos en las batallas o, en el peor de los

casos, perdían la vida como triste resultado de lo que estaba sucediendo. Por su parte,

las familias se empobrecían y enfrentaban situaciones que obligaban a las madres a

hacerse cargo de las necesidades de sus parientes.

Ambas mujeres vivieron en una época en la que las familias eran de orden patriarcal.

Esto significa que las mujeres y los hijos dependían del papá, del esposo o de un

hermano. Sin embargo, las mujeres de las ciudades poco a poco comenzaron a

organizar reuniones que se suponía eran de lectura, pero que se convirtieron en

espacios importantes para discutir planes revolucionarios. De otro lado, las reuniones

en las chicherías o los encuentros en la Plaza Mayor les permitían a las mujeres de los

pueblos enterarse de todo cuanto ocurría en el país

Fue en aquella Plaza, escenario de todas las actividades clave de la ciudad, donde se

reunió el pueblo el 20 de julio de 1810 para oponerse a las autoridades del Virrey y del

Gobernador. Como era viernes, día de mercado, la Plaza se encontraba llena de mujeres

que estaban comprando los alimentos de la semana. También había indígenas de

diferentes pueblos de la sabana de Bogotá que se aprestaban a vender sus productos.

En las Guerras de Independencia

participaron muchas mujeres que,

como Melchora y Francisca, no son

recordadas como heroínas, pero que

jugaron un papel importante en ellas:

aquellas mujeres dejaron una huella de

valor y de decisión, tanto para quienes

las conocieron cuando vivieron, como para

quienes hemos conocido su historia.

Tres años después, en 1816, el General Pablo Morillo desterró a Melchora, junto con

otras mujeres de Bogotá, a la población de Tabio en castigo por sus acciones. Cuentan

que llegó allá en compañía de sus dos hijos. Ese mismo año, Francisca también fue

desterrada junto con su familia a la población de Ubaté, donde la mantuvieron vigilada.

De Melchora sabemos que pasados varios años partió hacía la Provincia de Antioquia,

pero que finalmente regresó a Bogotá.

Se dice que Diego Pinzón Nieto, el hijo de Melchora, siendo ya un hombre, se hizo

militar y sirvió valerosamente en los ejércitos nacionales. Por su parte, su hija Vicenta

se casó con un coronel de los ejércitos patriotas y continuó con el negocio de la

familia. Ambos hijos fueron cercanos a su madre, quien al parecer pudo recuperar las

propiedades que le pertenecían y que le habían

quitado durante los años del destierro.

Entre las mujeres que ayudaron a Melchora y a

Francisca estuvieron Josefa Baraya —desterrada

años después por Pablo Morillo—, Eusebia

Caycedo, Andrea Ricaurte —ella misma

escribió sobre la Independencia y

sobre Policarpa Salavarrieta, conocida

como ‘la Pola’—, Gabriela Barriga y

Juana Petronila Nava. Ellas no solamente

alentaban al pueblo para que se mantuviera

permanentemente en estado de alerta y de

acción, sino que mandaron correos a otras partes del país para que allá también se

hiciera la revolución. Unas de estas mujeres eran criollas de reconocidas familias como

Melchora, pero otras, como Francisca, eran mujeres del pueblo.

Pasados aquellos primeros días de revueltas, las dos mujeres siguieron vinculadas

con las luchas políticas. De hecho, a comienzos de 1813, cuando los ejércitos

federalistas llegaron a Bogotá de la mano del teniente Baraya para quebrantar el

control de los centralistas, las mujeres, entre las que se encontraban Melchora y

Francisca, salieron nuevamente a las calles, esta vez en defensa del presidente

Nariño y de la causa centralista, y llevando cuchillos le quitaron las armas a los soldados federalistas a la fuerza y ayudaron a hacerlos prisioneros. Ese mismo día

se apoderaron de varias cajas de armamento provenientes de La Estancia y del

Cuartel de Milicias, dependencias que quedaban en la Plaza Mayor.

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