Castellano, pregunta formulada por Dannymarin024, hace 1 año

Necesito un Poema sobre "El amor bajo la mirada del romanticismo" Porfaaaaaaaa urrrggggg (Soneto)

Respuestas a la pregunta

Contestado por jhirerm2018
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Los suspiros son aire y van al aire.

Las lágrimas son agua y van al mar.

Dime, mujer, cuando el amor se olvida,

¿sabes tú adónde va?


Hoy como ayer, mañana como hoy,

¡y siempre igual!

Un cielo gris, un horizonte eterno

y andar… andar.

Moviéndose a compás, como una estúpida

máquina, el corazón.

La torpe inteligencia del cerebro,

dormida en un rincón.

El alma, que ambiciona un paraíso,

buscándole sin fe,

fatiga sin objeto, ola que rueda

ignorando por qué.

Voz que, incesante, con el mismo tono,

canta el mismo cantar,

gota de agua monótona que cae

y cae, sin cesar.

Así van deslizándose los días,

unos de otros en pos;

hoy lo mismo que ayer…; y todos ellos,

sin gozo ni dolor.

¡Ay, a veces me acuerdo suspirando

del antiguo sufrir!

Amargo es el dolor, ¡pero siquiera

padecer es vivir!


Dos rojas lenguas de fuego

que a un mismo tronco enlazadas

se aproximan y, al besarse,

forman una sola llama.

Dos notas que del laúd

a un tiempo la mano arranca,

y en el espacio se encuentran

y armoniosas se abrazan.

Dos olas que vienen juntas

a morir sobre una playa

y que al romper se coronan

con un penacho de plata.

Dos jirones de vapor

que del lago se levantan

y, al juntarse allá en el cielo,

forman una nube blanca.

Dos ideas que al par brotan;

dos besos que a un tiempo estallan,

dos ecos que se confunden;

eso son nuestras dos almas.

Volverán las oscuras golondrinas

Volverán las oscuras golondrinas

en tu balcón sus nidos a colgar,

y otra vez con el ala a sus cristales

jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban

tu hermosura y mi dicha a contemplar,

aquellas que aprendieron nuestros nombres…

¡esas… no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas

de tu jardín las tapias a escalar,

y otra vez a la tarde aún más hermosas

sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío

cuyas gotas mirábamos temblar

y caer como lágrimas del día…

¡esas… no volverán!

Volverán del amor en tus oídos

las palabras ardientes a sonar;

tu corazón de su profundo sueño

tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas

como se adora a Dios ante su altar,

como yo te he querido…; desengáñate,

¡así… no te querrán!


¿Qué es poesía? Dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul.

¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?

Poesía… eres tú.

Rimas XXIII

Por una mirada, un mundo;

por una sonrisa, un cielo;

por un beso… ¡yo no sé

qué te diera por un beso!

Amor eterno

Podrá nublarse el sol eternamente;

Podrá secarse en un instante el mar;

Podrá romperse el eje de la tierra

Como un débil cristal.

¡todo sucederá! Podrá la muerte

Cubrirme con su fúnebre crespón;

Pero jamás en mí podrá apagarse

La llama de tu amor.

Los suspiros son aire y van al aire.

Las lágrimas son agua y van al mar.

Dime, mujer, cuando el amor se olvida,

¿sabes tú adónde va?

Rima LVI

Hoy como ayer, mañana como hoy,

¡y siempre igual!

Un cielo gris, un horizonte eterno

y andar… andar.

Moviéndose a compás, como una estúpida

máquina, el corazón.

La torpe inteligencia del cerebro,

dormida en un rincón.

El alma, que ambiciona un paraíso,

buscándole sin fe,

fatiga sin objeto, ola que rueda

ignorando por qué.

Voz que, incesante, con el mismo tono,

canta el mismo cantar,

gota de agua monótona que cae

y cae, sin cesar.

Así van deslizándose los días,

unos de otros en pos;

hoy lo mismo que ayer…; y todos ellos,

sin gozo ni dolor.

¡Ay, a veces me acuerdo suspirando

del antiguo sufrir!

Amargo es el dolor, ¡pero siquiera

padecer es vivir!

Rima XXIV

Dos rojas lenguas de fuego

que a un mismo tronco enlazadas

se aproximan y, al besarse,

forman una sola llama.

Dos notas que del laúd

a un tiempo la mano arranca,

y en el espacio se encuentran

y armoniosas se abrazan.

Dos olas que vienen juntas

a morir sobre una playa

y que al romper se coronan

con un penacho de plata.

Dos jirones de vapor

que del lago se levantan

y, al juntarse allá en el cielo,

forman una nube blanca.

Dos ideas que al par brotan;

dos besos que a un tiempo estallan,

dos ecos que se confunden;

eso son nuestras dos almas.

Volverán las oscuras golondrinas

Volverán las oscuras golondrinas

en tu balcón sus nidos a colgar,

y otra vez con el ala a sus cristales

jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban

tu hermosura y mi dicha a contemplar,

aquellas que aprendieron nuestros nombres…

¡esas… no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas

de tu jardín las tapias a escalar,

y otra vez a la tarde aún más hermosas

sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío

cuyas gotas mirábamos temblar

y caer como lágrimas del día…

¡esas… no volverán!

Volverán del amor en tus oídos

las palabras ardientes a sonar;

tu corazón de su profundo sueño

tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas

como se adora a Dios ante su altar,

como yo te he querido…; desengáñate,

¡así… no te querrán!


¿Qué es poesía? Dices mientras clavas




Contestado por angykellyvegalozano
0

Los suspiros son aire y van al aire.


Las lágrimas son agua y van al mar.


Dime, mujer, cuando el amor se olvida,


¿sabes tú adónde va?



Hoy como ayer, mañana como hoy,


¡y siempre igual!


Un cielo gris, un horizonte eterno


y andar… andar.


Moviéndose a compás, como una estúpida


máquina, el corazón.


La torpe inteligencia del cerebro,


dormida en un rincón.


El alma, que ambiciona un paraíso,


buscándole sin fe,


fatiga sin objeto, ola que rueda


ignorando por qué.


Voz que, incesante, con el mismo tono,


canta el mismo cantar,


gota de agua monótona que cae


y cae, sin cesar.


Así van deslizándose los días,


unos de otros en pos;


hoy lo mismo que ayer…; y todos ellos,


sin gozo ni dolor.


¡Ay, a veces me acuerdo suspirando


del antiguo sufrir!


Amargo es el dolor, ¡pero siquiera


padecer es vivir!



Dos rojas lenguas de fuego


que a un mismo tronco enlazadas


se aproximan y, al besarse,


forman una sola llama.


Dos notas que del laúd


a un tiempo la mano arranca,


y en el espacio se encuentran


y armoniosas se abrazan.


Dos olas que vienen juntas


a morir sobre una playa


y que al romper se coronan


con un penacho de plata.


Dos jirones de vapor


que del lago se levantan


y, al juntarse allá en el cielo,


forman una nube blanca.


Dos ideas que al par brotan;


dos besos que a un tiempo estallan,


dos ecos que se confunden;


eso son nuestras dos almas.


Volverán las oscuras golondrinas


Volverán las oscuras golondrinas


en tu balcón sus nidos a colgar,


y otra vez con el ala a sus cristales


jugando llamarán.


Pero aquellas que el vuelo refrenaban


tu hermosura y mi dicha a contemplar,


aquellas que aprendieron nuestros nombres…


¡esas… no volverán!.


Volverán las tupidas madreselvas


de tu jardín las tapias a escalar,


y otra vez a la tarde aún más hermosas


sus flores se abrirán.


Pero aquellas, cuajadas de rocío


cuyas gotas mirábamos temblar


y caer como lágrimas del día…


¡esas… no volverán!


Volverán del amor en tus oídos


las palabras ardientes a sonar;


tu corazón de su profundo sueño


tal vez despertará.


Pero mudo y absorto y de rodillas


como se adora a Dios ante su altar,


como yo te he querido…; desengáñate,


¡así… no te querrán!



¿Qué es poesía? Dices mientras clavas


en mi pupila tu pupila azul.


¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?


Poesía… eres tú.


Rimas XXIII


Por una mirada, un mundo;


por una sonrisa, un cielo;


por un beso… ¡yo no sé


qué te diera por un beso!


Amor eterno


Podrá nublarse el sol eternamente;


Podrá secarse en un instante el mar;


Podrá romperse el eje de la tierra


Como un débil cristal.


¡todo sucederá! Podrá la muerte


Cubrirme con su fúnebre crespón;


Pero jamás en mí podrá apagarse


La llama de tu amor.


Los suspiros son aire y van al aire.


Las lágrimas son agua y van al mar.


Dime, mujer, cuando el amor se olvida,


¿sabes tú adónde va?


Rima LVI


Hoy como ayer, mañana como hoy,


¡y siempre igual!


Un cielo gris, un horizonte eterno


y andar… andar.


Moviéndose a compás, como una estúpida


máquina, el corazón.


La torpe inteligencia del cerebro,


dormida en un rincón.


El alma, que ambiciona un paraíso,


buscándole sin fe,


fatiga sin objeto, ola que rueda


ignorando por qué.


Voz que, incesante, con el mismo tono,


canta el mismo cantar,


gota de agua monótona que cae


y cae, sin cesar.


Así van deslizándose los días,


unos de otros en pos;


hoy lo mismo que ayer…; y todos ellos,


sin gozo ni dolor.


¡Ay, a veces me acuerdo suspirando


del antiguo sufrir!


Amargo es el dolor, ¡pero siquiera


padecer es vivir!


Rima XXIV


Dos rojas lenguas de fuego


que a un mismo tronco enlazadas


se aproximan y, al besarse,


forman una sola llama.


Dos notas que del laúd


a un tiempo la mano arranca,


y en el espacio se encuentran


y armoniosas se abrazan.


Dos olas que vienen juntas


a morir sobre una playa


y que al romper se coronan


con un penacho de plata.


Dos jirones de vapor


que del lago se levantan


y, al juntarse allá en el cielo,


forman una nube blanca.


Dos ideas que al par brotan;


dos besos que a un tiempo estallan,


dos ecos que se confunden;


eso son nuestras dos almas.


Volverán las oscuras golondrinas


Volverán las oscuras golondrinas


en tu balcón sus nidos a colgar,


y otra vez con el ala a sus cristales


jugando llamarán.


Pero aquellas que el vuelo refrenaban


tu hermosura y mi dicha a contemplar,


aquellas que aprendieron nuestros nombres…


¡esas… no volverán!.


Volverán las tupidas madreselvas


de tu jardín las tapias a escalar,


y otra vez a la tarde aún más hermosas


sus flores se abrirán.


Pero aquellas, cuajadas de rocío


cuyas gotas mirábamos temblar


y caer como lágrimas del día…


¡esas… no volverán!


Volverán del amor en tus oídos


las palabras ardientes a sonar;


tu corazón de su profundo sueño


tal vez despertará.


Pero mudo y absorto y de rodillas


como se adora a Dios ante su altar,


como yo te he querido…; desengáñate,


¡así… no te querrán!





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