Question

Necesito un diálogo con personificación urgente!!

Answer 1

DIÁLOGO CON PERSONIFICACIÓN:
Paseaba la panzuda Tetera con obvia preocupación, de un lado a otro, hasta que el delgaducho Tenedor asomó sus trinches por la puerta del quirófano, correctamente ataviado como correspondía al médico residente de ese hospital.
Rauda y veloz se aproximó la tetera para preguntar sobre lo ocurrido a su amiga la Taza:
- Doctor, dígame ¿qué le ocurre a mi amiga ingresada de emergencia esta tarde?
El doctor, con una mirada adusta, levantó el ceño y escudriñándole el alma le dijo a la Tetera:
- ¿Es usted familiar de la Tasa por quien pregunta?
La Tetera sin minimizar en modo alguno su preocupación le respondió:
- No es mi familia directa, pero tenemos una sociedad desde que nos moldearon en el mismo torno y nos hornearon en el mismo horno. Aunque pensándolo bien, si somos familia, porque nos hizo el mismo ceramista, por tanto tenemos un progenitor en común y si es así, somos hermanas, aunque yo sea una Tetera y ella una Taza.
El Tenedor, dudando y en silencio se preguntaba si dando la información sobre la taza, requerida por la tetera, no estaría faltando a su juramento hipocrático, cuando en la sala hizo acto de presencia el plato quien preguntó en una angustiosa exclamación:
- Doctor, ¿puede darme noticias del estado en que se encuentra mi esposa?, ¡la Taza!.
Sin pensarlo mucho el doctor le dijo al Plato:
- Ah. Usted si es familiar directo de la señora Taza. A usted si le puedo dar información.
A lo que el Plato le indicó:
- Y a nuestra amiga la Tetera también, doctor!.
Aclarado el punto, el doctor, el Tenedor, les dijo:
- La señora Taza sufre de diábetes y por tal razón, nunca más podrán ponerle ni una pizca de azúcar en su organismo, señor Plato, mirando también a la Tetera, solo así podremos cuidarla.
Tanto la Tetera como el Plato, se miraron y tomando la palabra la Tetera, le dijo al Tenedor:
- No hay problema doctor, ya que la Taza solo recibe su contenido de mi interior, no permitiré que le pongan azúcar al te, en las tardes de canasta y así me evitaré que contenga azúcar y se enferme nuevamente.
El plato asintió levemente y le dijo al doctor:
- De mi parte, tenga la seguridad que estaré siempre a sus pies, para evitar que se desmaye, sosteniéndole en todo momento.
Acordado lo dicho, el doctor concluyó:
- Pues con tan amorosos cuidados, en poco menos de una hora le daré de alta, y ya para mañana, en el juego de canasta de la tarde, podrá la señora Taza, recibir el delicioso contenido de la Tetera, sin azúcar, mientras le apoya incondicionalmente su gentil esposo, el señor Plato, ya que definitivamente, si son una familia muy unida: El Plato, la Taza y la Tetera.