Castellano, pregunta formulada por danieljaimessh, hace 11 meses

necesito un cuento infantil con verbos y sin verbos por favor que sea rápido ​


danieljaimessh: por favor lo necesito para viernes

Respuestas a la pregunta

Contestado por reachelulloa2005
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Respuesta:

Explicación:

Sin verbos

Ese día, ella tan joven en la muerte. Sus padres, cataratas de furia. Todas las palabras: el muchacho, el choque, la moto, menos las del dolor. Su madre en lucha abierta contra el novio: motivo de su veneno. La muerte sobre la cama, sobre la mesa. El acero del escalpelo al rescate de los latidos de la carne aún tibia de los órganos. Él tieso, los ojos impávidos, temblor de manos. Ahora, órganos sin piernas, carrera sin movimiento, en cajas sobre alas de metal por otra urgencia. En la otra orilla, carne y vida, regalo de vida.

Con verbos

                El cedro vanidoso

Esta es la historia de un cedro presumido y tonto, que se jactaba a diario de su hermosura. El cedro vivía en el medio de un jardín, rodeado de otros árboles más pequeños, y para nada tan bellos como él. ¡Soy en verdad, algo digno de contemplar, y no hay nadie en este jardín que supere mi encanto! – repetía el cedro en las mañanas, en las tardes y en las noches.

Al llegar la primavera, los árboles comenzaron a dar hermosas frutas. Deliciosas manzanas tuvo el manzano, relucientes cerezas aportó el cerezo, y el peral brindó gordas y jugosas peras.

Mientras tanto, el cedro, que no podía dar frutos, se lamentaba angustiado: “Mi belleza no estará completa hasta que mis ramas no tengan frutos hermosos como yo”. Entonces, se dedicó a observar a los demás árboles y a imitarlos en todo lo que hicieran para tener frutos. Finalmente, el cedro tuvo lo que pidió, y en lo alto de sus ramas, asomó un precioso fruto.

“Le diré de comer día y noche para que sea el más grande y hermoso de todos los frutos” exclamaba el cerro orgulloso de su creación. Sin embargo, de tanto que llegó a crecer aquel fruto, no hizo más que torcer poco a poco la copa de aquel cedro. Con el paso de los días, el fruto maduró y se hizo más pesado cada vez, hasta que el cedro no pudo sostenerlo y su copa terminó completamente quebrada y arruinada.

Algunas personas son como los cedros, que su ambición es tan grande que les lleva a perder todo cuanto tuvieron, pues no hay nada tan fatal como la vanidad, y debemos evitar ser engreídos con las personas que nos rodean.

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