Necesito un análisis crítico sobre los testimonios de víctimas y victimarios sobre las historias de guerra y paz en Colombia.
Respuestas a la pregunta
algo que podrías tener es:
que las guerras son actos de los cuales se pueden arrepentir ya que siempre tiene que haber muertos y/o víctimas de por medio como lo que vivimos en las guerras mundiales pero gracias a la constitución política de 1991 de la república de colombia esta escrito que por mas grave que sea la situación se tendrá que llevar a cabo un pacto en el que todos los que hagan participado en las guerras firmen con lealtad a su patria o nación y quedaran en acuerdo de paz.
Explicación:
espero te sirva
Respuesta:
Explicación:
en un hospital de Campo, una iniciativa dirigida por Diana Sofía Giraldo, de la Fundación Víctimas Visibles, tuvo lugar un estremecedor encuentro para la reconciliación. En Subachoque, en la Casa de Paz, varias personas relataron experiencias personales que vivieron por el conflicto armado. SEMANA estuvo presente y reproduce dos historias casi inverosímiles de las heridas que dejó la guerra en el país.
La pesadilla de Pastora*
Ella no sabía que el guerrillero herido que estaba curando era el asesino de su hijo.
Pastora Mira, de 61 años, tiene el pelo plateado y la mirada tranquila. Quien la ve por primera vez no se imaginaría que ha soportado los horrores de la guerra y que a la vez es uno de los símbolos más visibles de reconciliación. Con su voz grave cuenta que el dolor que le dejó el conflicto armado ahora le sirve para ayudar a otras víctimas.
Pastora creció en San Carlos, Antioquia. Desde muy niña tuvo que soportar el asesinato de las personas que amaba. A los 6 años “los conservadores” asesinaron a su padre, y su primer esposo murió a manos de la guerrilla, cuando su primera hija tenía solo 2 meses. Más tarde vendrían cosas peores.
Empezó a trabajar en la Policía, en la que conoció a su actual esposo y con quien tuvo otros cuatro hijos. Pero por las amenazas de las guerrillas tuvo que renunciar. En 1998 se fue huyendo de la violencia con él y dos de sus hijos a Medellín. Regresó dos años después cuando su madre murió y ya no tenía con quién dejar a sus pequeñas. Al llegar a su pueblo la impactó en lo que se había convertido. Estaba desolado y prácticamente no había comida. San Carlos era en un campo de batalla. Allí el conflicto dejó un saldo de 33 masacres, 156 desapariciones, 78 víctimas de minas, decenas de desplazados y un sinnúmero de muertos.En 2001 grupos paramilitares desaparecieron a su tercera hija, Sandra Paola.