Question

necesito esto para mañana

san juan :14-14 , 11 ; 15 , 17 que reflexión nos deja

Answer 1

Respuesta:

San Juan 14:14

Jesús nos está enseñando aquí que, como Él mismo, tenemos que orar para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Es en este sentido que Jesús como nuestro Sumo Sacerdote va a hacer todo lo que pidamos en Su nombre. Cada respuesta a la oración tendrá esto como su objeto. Nuestro Salvador nos enseñó que debemos orar: “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.” (Mateo 6:10)

11: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14:6). En una breve frase tenemos el resumen de lo que Jesús es. Nos ofrece un camino seguro para guiarnos. Cuando la niebla de la incertidumbre descienda sobre nosotros, podemos aferrarnos a su permanente presencia. No nos defraudará vivir cumpliendo sus enseñanzas, por difíciles que parezcan, porque Él es la verdad. Y aunque nos pide que nos neguemos a nosotros /as mismos/as, lo hace así para que al alejarnos de nuestra auto centralidad, encontremos la vida en su plenitud.

15: Aquí nuestro Señor Jesús les dice a sus discípulos que, si ellos dicen amarlo, este amor se evidencia a través de la obediencia a su palabra. La verdadera evidencia de un corazón que ama a Dios es que este guarde sus mandamientos, guardarlos no por temor, sino porque le amamos, apartarnos del pecado, no por miedo al infierno, sino porque le amamos: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”, (1 Juan 5:3). El verdadero amor es aquel que cumple la ley de Dios y aquel que vive en este amor no hace ningún daño a nadie, al contrario, agrada a Dios y respeta a sus semejantes en todo lo que hace,

17: Si amamos a Jesús, seremos sus verdaderos discípulos, y si somos sus discípulos podemos estar seguros de que no estaremos solos en este mundo ya que prometió rogarle al Padre para que nos enviara el otro Consolador: Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador. Es obvio que el otro Consolador es el Espíritu Santo el cual esta con nosotros desde el momento que nos convertimos a Dios.