Historia, pregunta formulada por Eunice1234, hace 10 meses

Necesito el resumen del cuento La muerte de Enrique Anderson Imber Es para ahora

Respuestas a la pregunta

Contestado por ponechetoelcelu
13

Respuesta:

La automovilista vio en el camino a una muchacha que hacía señas para que parara. Paró.

-Sube -dijo la automovilista. Y el auto arrancó a toda velocidad por el camino que bordeaba la montaña.

-Muchas gracias -dijo la muchacha con un gracioso mohín- pero ¿no tienes miedo de levantar por el camino a personas desconocidas? Podrían hacerte daño. ¡Esto está tan desierto!

-No, no tengo miedo.

-¿Y si te matan?

-No tengo miedo.

-¿No? Permíteme presentarme -dijo entonces la muchacha, que tenía los ojos grandes, límpidos, imaginativos y enseguida, conteniendo la risa, fingió una voz cavernosa-. Soy la Muerte, la M-u-e-r-t-e.

La automovilista sonrió misteriosamente.

En la próxima curva el auto se desbarrancó. La muchacha quedó muerta entre las piedras. La automovilista siguió a pie y al llegar a un cactus desaparecio

Contestado por danielaalexiagomezme
6

Respuesta:

La muerte

[Minicuento - Texto completo.]

Enrique Anderson Imbert

La automovilista (negro el vestido, negro el pelo, negros los ojos pero con la cara tan pálida que a pesar del mediodía parecía que en su tez se hubiese detenido un relámpago) la automovilista vio en el camino a una muchacha que hacía señas para que parara. Paró.

-¿Me llevas? Hasta el pueblo no más -dijo la muchacha.

-Sube -dijo la automovilista. Y el auto arrancó a toda velocidad por el camino que bordeaba la montaña.

-Muchas gracias -dijo la muchacha con un gracioso mohín- pero ¿no tienes miedo de levantar por el camino a personas desconocidas? Podrían hacerte daño. ¡Esto está tan desierto!

-No, no tengo miedo.

-¿Y si levantaras a alguien que te atraca?

No tengo miedo.

-¿Y si te matan?

-No tengo miedo.

-¿No? Permíteme presentarme -dijo entonces la muchacha, que tenía los ojos grandes, límpidos, imaginativos y enseguida, conteniendo la risa, fingió una voz cavernosa-. Soy la Muerte, la M-u-e-r-t-e.

La automovilista sonrió misteriosamente.

En la próxima curva el auto se desbarrancó. La muchacha quedó muerta entre las piedras. La automovilista siguió a pie y al llegar a un cactus desapareció.

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