Question

Necesito ayuda. hacer un resumen sintetizado de esto:

Vigarello, G. “El predominio de la estética”. En: Historia de la obesidad. Metamorfosis de la gordura. Buenos Aires, Nueva Visión. p. 277

Una ilustración de Crafty, en Paris á cheval, de 1884, parece anecdótica: una aficionada a la equitación era dificultosamente subida a una montura. La situación resultaba incómoda, el contacto era equívoco: el asistente padecía las dificultades, el cuerpo de la dama “flotaba”. Crafty se burlaba: “Una de las mil razones por las cuales las mujeres que pesan más de cincuenta kilos deben renunciar a la equitación” . Por supuesto que era una alusión irrisoria. Por el contrario, la indicación sobre el peso se convertía en una evidencia. El tema se banalizaba, impregnaba los espíritus, se imponía como referencia tan implícita como segura. A la misma referencia apelaba La Manufactura de Armas de Saint-Étienne, la que, en la década de 1890, no podía vender sus bicicletas sin establecer un vínculo entre el peso del aparato y el del usuario: el aparato debía pesar entre 14 y 15 kg como “mínimo”, con la condición de que el “ciclista” no pesara más de 70 kg como “máximo”. El universo técnico transformaba la evaluación del peso corporal en progresiva banalidad.

Otras prácticas suscitaban matices como nunca hasta entonces. Los cuerpos de fines del siglo XIX se dejaban ver más, con lo que se acentuaba la vigilancia de la adiposidad, desde el ocio hasta la intimidad, desde la moda hasta su mantenimiento. La gordura se daba a conocer más precozmente, designando de entrada lo desagradable, lo feo. La presión sobre ella ganaba en intensidad.

El acto de pesarse se difunde

Ya en las últimas décadas del siglo XIX, el acto de pesarse revelaba una normalización. En 1887, Albert Millaud recordaba a la dama volcada “a las aguas mineromedicinales” encaramada sobre una balanza con lector incorporado. El gesto pasaba a ser estándar, el aparato se simplificaba: el mecanismo quedaba disimulado bajo un estuche de madera, la aguja y las cifras se colocaban a la altura de la vista. La práctica se incrementaba: la agüista evocada por Albert Millaud “se pesa a cada rato y le cuenta a quien quiera escucharla que perdió 10 o 12 libras en una semana”. El gesto era comentado. Un escenario casi idéntico ocurría con Guy de Maupassant, cuyo peso era calculado casi gramo a gramo. Otro escenario semejante se encontraba en La Vie Parisienne de 1896, donde una coqueta dama procedía a su cotidiana verificación: “Comienza por pesarse de mañana, en un aparato muy simple”. Finalmente, interrogado por un periodista de Printemps, Zola recordaba en “peso” los efectos de un régimen considerado “notable”: había perdido 8 libras en diez días y 45 libras en tres meses, cuando su peso era de 95 kg. Se trataba de un cambio decisivo: se valorizaba el acto de pesarse, el peso era expresado tanto en kilos como en duración.

Será necesaria la imagen de las juntas de reclutamiento militar recurriendo con mayor frecuencia a las balanzas y a los cuadros, durante la década de 1870, para confirmar la estabilización de estas nuevas prácticas. Más aún, será preciso el grabado de L´Illustré national de 1901 para confirmar el comienzo de una amplia difusión del acto de pesarse, unido a una cierta resistencia popular, tal como lo expresa la escena del palurdo ridiculizado por querer pesar su cuerpo “en tres veces” y “en tres partes”, a causa de una balanza tan inadecuada como exigua. O ese otro grabado, en el mismo periódico, también revelador: un viajero recurre a las primeras balanzas instaladas en las estaciones, a comienzos del siglo XX, por cuyo uso había que pagar, súbitamente alarmado por el excesivo aumento de peso que señalaba el aparato, hasta que cae en la cuenta de que había olvidado los paquetes que llevaba sobre la plataforma de la balanza”. Los “ignorantes en el arte de pesarse” existían, así como la hilaridad que suscitaban.

Answer 1

Respuesta:

esta difícil al menos te voy a pasar una persona para que te ayude