narra sobre las riquezas de los nativos antes
de ser invadidos
Respuestas a la pregunta
Revisar las redes sociales un 12 de octubre es un ejercido interesante para ver cómo muchos hispanoamericanos manifiestan su indignación por lo que fue el inicio del exterminio de muchos pueblos indígenas, al ser esa la fecha del inicio de la invasión de América por parte de los Europeos. Ahora bien, si se revisa con detalle cada uno de esos mensajes, se encuentra en ellos un patrón común: Todos ellos son mensajes de crítica, de odio y rencor contra España, a quien aún hoy se le acusa desde el Rio Grande hasta la Patagonia de todos los males habidos y por haber, en el continente que alguna vez fue de Aztecas, Mayas, Muiscas, Incas etc.
Pareciera que en el imaginario de esos internautas y de millones de latinoamericanos, la mal llamada “Conquista y colonización” hubiera sido un proceso tan simple, que pudiera explicarse diciendo que los Españoles pasaban el Atlántico, asesinaban a unos cuantos centenares de indígenas, tomaban su oro, sus esmeraldas y su plata, las llevaban a un barco y de nuevo regresaban a Europa con el botín hurtado a los nativos americanos, y que ese proceso se hubiera repetido hasta 1810, cuando los valientes libertadores se enfrentaron a esos malvados españoles y los echaron de estas tierras para siempre. Esa visión simplista de la historia ha llevado a que dos siglos después de la “independencia” el Statu Quo creado hace medio milenio, siga intacto, mientras el chivo expiatorio sigue siendo el mismo, los españoles. Pocos reconocen que no fueron los ancestros de los actuales españoles los que se quedaron con las riquezas de que tenían las poblaciones indígenas antes de 1492; pocos reconocen que fueron los antepasados de los actuales americanos, los responsables de las masacres, torturas y asesinatos que se cometieron y se han cometido contra los indígenas después de 1492, dado que el 99% de Españoles que cruzaban el atlántico nunca regresaban a Europa, y apellido como “Gonzales”, “Rodríguez”, “Pérez”, “Santos”, “Uribe”, “Lleras”, “Bolívar”, “Mosquera” etc y el 95 % de apellidos en países como Colombia, no son precisamente los de Cuauhtémoc, Moctezuma, Aquimín, Lautaro etc, sino que son apellidos españoles, que nos recuerdan que si bien tenemos ancestros indígenas, y somos en parte descendientes de las víctimas de ese genocidio, por nuestras venas también corre la sangre de los victimarios, cosa que no podemos afirmar de los actuales españoles, cuyos antepasados quizá nunca salieron de Castilla o de Cataluña