música en la sierra en la época republicana del Perú
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
EPOCA REPUBLICANA
Explicación:
A inicios del siglo XIX, en el Perú debió existir mucha música local, pero las partituras que se han conservado, en su mayoría, son de música española. Las iglesias concentraron gran parte de la música, tanto religiosa como profana. Las catedrales más importantes contaron con orquestas propias, otras iglesias contrataban músicos para sus fiestas y procesiones, en Lima se documenta la Orquesta de Indios del Cercado, con gran convocatoria sobre los pueblos de Lima.[3]
Luego de la independencia, los peruanos mostraron una gran predilección por los ritmos musicales locales, prefiriendo a los músicos nacionales; durante 1820 y 1830 estuvieron de moda algunas tonadillas del músico mulato José Bernardo Alcedo (autor del himno nacional del Perú), tales como Los indios y el corregidor o Los negritos; a su vez las comedias musicales peruanas tuvieron la predilección de los peruanos, en este periodo tienen éxito las obras musicales El mágico peruano, La cora y La chicha. Estos gustos fueron cambiando y las preferencias por los ritmos musicales europeos y las óperas desplazaron a los ritmos nacionales en las urbes peruanas.[3]
Los instrumentos preferidos durante este periodo fueron las guitarras, órganos, clavelines, salterios, vihuelas, arpas y pianos; el Perú fabricaba estos instrumentos e incluso se documentan exportaciones hacia Guayaquil y Guatemala, en el caso de las guitarras; y Santiago de Chile, en el caso de los salterios.[3]
Los gustos musicales en cuanto a música europea se volcaron hacia Rossini, quien se convirtió en el compositor preferido durante los años 40 del siglo XIX. Durante este periodo el público autodenominado «culto» mostró un desprecio hacia la música nacional. Este apego hacia la música europea no se debió por la ausencia de músicos locales (pues existieron muchos en las clases populares), sino más bien por una cuestión de prestigio. Además de Rossini, las obras de Donizetti y Verdi opacaron la música peruana entre las élites y las clases medias.[3]
Con la época republicana nace la música criolla influenciada por el afrancesamiento del minuet, el vals vienés, la mazurca polaca, la jota española y las expresiones mestizas de la costa central. La producción musical a inicios del siglo XX fue muy intensa y los compositores fueron en su gran mayoría gente de los barrios que se caracterizaban por tener un estilo particular por cada barrio. A esta época se la conoce como la Guardia Vieja, y sus composiciones no tenían partituras por lo cual no fueron registrados y muchos de sus autores se perdieron en el anonimato.[4]
El periodo industrial de la música criolla va acompañado de la masificación del fonógrafo, esto fue un proceso lento; pero además la llegada del fonógrafo trajo consigo el ingreso al Perú de ritmos foráneos como el tango y el fox-trot. Estos ritmos extranjeros en algún momento desplazaron a la música criolla, evidenciándose en las letras de algunos valses que decían:
ese estilo moderno
no debes aprender
En referencia al tango y al fox-trot, los compositores antiguos se resistían al cambio y se habían vuelto tradicionalistas; esto se mantuvo hasta la llegada de nuevos valores en los años 1920 entre los que destacaron Felipe Pinglo, Pablo Casas, Alcides Carreño, entre otros. Se dice que Pinglo se hizo conocido en sus inicios musicales como ejecutante de fox-trot, cosa que le dio la facilidad para luego ingresar en los gustos musicales con la música criolla. Esta nueva generación de los años 1920 se adaptó a los gustos musicales de entonces fusionando la música criolla con otros ritmos, pero sin que pierdan su esencia peruana.[4]
La industria criolla empezó a evolucionar, se separaron las funciones en los conjuntos criollos, aparecen los arreglistas y los cantantes ya no son necesariamente los que componen las canciones. A esto se le aumenta el inicio de la radiodifusión en el Perú en 1935, con esto la música criolla deja de ser exclusividad de los sectores populares y surge un sentimiento criollo que se empieza a ver en Lima como lo nacional.[4]
En 1944 se institucionalizó el Día de la Canción Criolla. Años después, el presidente Odría invitó a los Troveros Criollos al Palacio de Gobierno. Según Llorens (1983), el trasfondo de esto fue que las clases media y alta buscaron un punto para legitimar su peruanidad en contraposiciòn de la migración de la zona andina a la ciudad, estos grupos no aceptaban lo andino como símbolo nacional.[4]