Arte, pregunta formulada por samantha5691, hace 2 meses

Murales de obras de arte interinidas ¿en que se diferencian las escenas que observamos?

Respuestas a la pregunta

Contestado por bh163928
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Respuesta:

Prevención, promoción y cuidado

TESEOPRESS

Vera Paiva, José Ricardo Ayres, Alejandro Capriati, Ana Amuchástegui, Mario Pecheny

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Escenas de la vida cotidiana

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Metodología para comprender y disminuir la vulnerabilidad en la perspectiva de los derechos humanos

Vera Paiva[1]

Muchos tex­tos que refle­xio­nan crí­ti­ca­men­te sobre las prác­ti­cas en salud insis­ten en la urgen­cia de con­si­de­rar la sub­je­ti­vi­dad de los usua­rios y su con­tex­to socio­cul­tu­ral – en espe­cial los con­tex­tos de pobre­za, rela­cio­nes de géne­ro, raza y reli­gio­si­dad. Sin embar­go, luego de déca­das de esta eva­lua­ción, llama la aten­ción cuán rara­men­te se valo­ri­zan, en el pla­nea­mien­to y diná­mi­ca misma de los pro­ce­sos de tra­ba­jo de pre­ven­ción y cui­da­do, los datos sobre las deter­mi­na­cio­nes socia­les, psi­co­so­cia­les y estruc­tu­ra­les rele­va­dos en la investigación.

Este texto abor­da la meto­do­lo­gía que ha pro­du­ci­do narra­ti­vas como la del epi­so­dio refe­ri­do más abajo, com­par­ti­da por una mujer negra, y pre­ten­de con­tri­buir en esa direc­ción. La pri­me­ra parte sin­te­ti­za los ras­gos de las prin­ci­pa­les refe­ren­cias teó­ri­cas de la meto­do­lo­gía de las esce­nas – la pers­pec­ti­va eman­ci­pa­do­ra y mul­ti­cul­tu­ral de los dere­chos huma­nos, la vul­ne­ra­bi­li­dad y el cons­truc­cio­nis­mo social. La segun­da parte inclu­ye ejem­plos de (inter)accio­nes en el campo de la pre­ven­ción y el cui­da­do cuyo pro­ce­so de tra­ba­jo inclu­yó el rele­va­mien­to, des­crip­ción y des­co­di­fi­ca­ción de esce­nas, sus esce­na­rios y con­tex­tos socio­cul­tu­ra­les, para ilus­trar cómo la meto­do­lo­gía de las esce­nas puede con­tri­buir a la com­pren­sión densa de la diná­mi­ca de la vida coti­dia­na y sus deter­mi­na­cio­nes socia­les, en cuan­to esta­ble­ce modos de inter­ac­tuar en la pre­ven­ción y pro­mo­ción de la salud que amplían la par­ti­ci­pa­ción de usua­rios y comunidades.

El día que él volvió a casa

Fue un día impor­tan­te para mí… esta­ba con él acos­ta­da en el piso, para que las aber­tu­ras por los paños que sepa­ran la cama del resto de nues­tra habi­ta­ción no estro­pea­sen nues­tra inti­mi­dad. No había nadie, los niños esta­ban en casa de [amiga], pero aún sen­tía en la punta del seno la pre­sen­cia de [hija] que ama­man­ta­ba… ¿o era exci­ta­ción? Él me aga­rra­ba duro y medio rápi­do… [Cuan­do se pidió salir y mirar la misma esce­na de fuera] Vi… pre­fe­ría más deli­ca­de­za; él era mi hom­bre y yo “su” mujer, no una mujer cual­quie­ra… Enten­día la prisa en su lugar. Tan­tos meses fuera de casa, sin­tien­do deseo. No sé qué hacía en la pri­sión con eso… Yo le gusto, pero no sé si me per­ci­be, yo, ¿sabe? Extra­ño… veía cla­ra­men­te. Como si los tipos de la pri­sión estu­vie­sen allí con noso­tros, un ruido de hom­bres, cons­tan­te… que se mez­cla­ba con los niños jugan­do allá fuera. Al momen­to de la esce­na, no vi nada de eso… esta­ba allí sin­tien­do el abra­zo… Como si yo qui­sie­se que él fuese un hom­bre del tipo que usa crema en las manos… como hago des­pués que lavo los pla­tos, cuan­do tengo más dine­ro… Cuan­do nos pedis­te [ima­gi­nar la misma esce­na y] vol­ver­se más rico o más pobre, fue como si la ima­gen de la esce­na que veía explo­ta­se en la pan­ta­lla y apa­re­cie­se otra inme­dia­ta­men­te… me gustó ver cómo sería rica así, y tener un cuar­to sepa­ra­do sólo para noso­tros dos, y aque­lla cama inmen­sa con sába­nas de seda, tal vez una media luz, así “chic”, y una emplea­da pasean­do con los niños en un par­que mien­tras hacía­mos amor… [Des­pués de ima­gi­nar la misma esce­na y cam­biar la raza] Ser blan­cos fue difí­cil de ima­gi­nar. Sentí una rabia… pen­sar que enton­ces él, pro­ba­ble­men­te, no habría per­ma­ne­ci­do en la pri­sión… [Des­pués de ima­gi­nar cam­biar­le el sexo, si él fuese mujer] Encuen­tro difí­cil estar con una mujer, pero con­se­guí ima­gi­nar­me echa­da ahí, mm… No sé si iría a gus­tar­me. Sería posi­ble, pero no ahí, ¡no en mi casa!… [E ima­gi­nar que él podía ser una per­so­na vivien­do con VIH?]… ¡Qué idea esa!, pensé. Y, por den­tro, grité, me helé, ¡y lo empu­jé sin que­rer! ¡Se ter­mi­nó cual­quier exci­ta­ción y clima! Claro, ¿cómo no pensé en eso? Fui dicien­do: ‘Idio­ta, ¿cómo haces eso con­mi­go?’ ¿Por qué… por qué? ¿Dónde andu­vis­te, no pen­sas­te en mí ni en tus hijas? ‘En la pri­sión!’ Creo que decía eso… Me quedé muy sor­pren­di­da con mi reac­ción… no tengo pre­jui­cio, ni de mujer que hace sexo con mujer, ¿no? Pero, fue lo que sentí… ¡Y voy a tener que hacer­me el aná­li­sis! ¿Dónde se hace? Vi la cam­pa­ña de la tele­vi­sión, pero no me acuer­do más.

(Narra­ti­va com­par­ti­da en un grupo de capa­ci­ta­ción de mul­ti­pli­ca­do­ras en pre­ven­ción, resul­ta­do de la ima­gi­na­ción acti­va sobre una esce­na sexual)

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