mujer de Demetrio Macias, loca de alegria, La far de Demetrio se ensombroció
salió a encontrado por la vereila de la serra, Y los dos estuvieron silencios, angustiados. Una nube negra se levantaba tras la sierra, y se oyó un trueno sondo. Demetrio ahogo un sus pin Los recondos athilan a su memoria como una colmena
llevando de la mano al no
Casi dos afios de cal Se abrazaron y permanecieron mudoc ella enbargada por los selles y las lágrimas
Denetrio, pamada, veia a su mujer envejeci da, com si dice o veime afins hubieram tranicu erido pa. Lungo miro al niño, que claraba en el ma cos con asom. Y so corazón dio un vuelco cuando reparo en la reproducción de las mismas lineas de acero de su com y en el brillo flaman te de sin sjos. Y quiso atraerlo y abrazarle, pero e chiquilo, muy uscatado, se refugió en el rega 20 de la madre
Es tu padre, hijo. Es tu padre. El muchacho metia la cabeza entre los plie gues de la falda y se mantenia buraho
Demetrio, que halix dado sa caballo al asis tene, cansinaba a pie y poco a poco con su mujer y su hijo por la abrupta vereda de la sierra
-Hussi, bendino sea Dios que ya veniste!.. Ya manca nos dejas! Nerdad? Nendad que ya te vas a predat con
La havia contra a caer en griesas gotas y tviron que hefugiare en una rocallosa covacha
El aguacero se desató con estrondo y sacu das las blancas flores de San Juan, manojos de estrellas prendidos en los árboles, en las pies entre la maless, en los pitabanyes y en toda la serranis
Abajo, en el fondo del cañón y a través de la gans de la lluvia, se miraban las palmas rectas y cimbradoras lentame e mecan sus cabeam angulosas y al soplo del viento se desplegaban en abanicos. Y todo era serrania ondulaciones de cerros que sucedes a cerros, más cerros cir cundados de montañas y éstas encerradas en una matalla de sierta de cumbres tats altas que su azul se perdia en el zafir.
-Demetrio, per Dios! Ya to se vayas!...
El consón me avisa que ahora se va a suceder
Vse deja sacudir de nuevo por el llanto.
El niño, montado llora a gritos, y ella tiene que refrenar su tremenda pena para contentarlo La lluvia cando una golondrina de pla teads vientre y alas engulosas cruza oblicuamen te los hilos de cristal, de repente iluminados por
el sol vespertino Por que pelean ya, Demetrio
Demetrio, las cejas muy juntas, toma distraide a piedrecita y la actvia al fondo del cañón. Se mantiene pensativo vido el desfiladero, y dice -Mira esa piedra como ya no se para...
(AYUDA NO ENCUENTRO LAS RESPUESTAS)
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