Mujer de 67 años que acude a la emergencia del hospital Manolo Morales Peralta en compañía de su hijo, refiriendo dolor abdominal, durante la valoración inicial se registran los siguientes datos: Talla de: 1.60cm y peso: 200 libras, con perímetro de cintura: 1.30cm, Se realizan exámenes de laboratorio obteniendo los siguientes resultados, colesterol total: 315 mg/dl, c-HDL: 35 mg/dl, c-LDL: 165 mg/dl, y triglicéridos: 210 mg/dl, con dieta irregular. Con antecedentes familiares de problemas cardiovasculares, obesidad, hipertensión arterial y problemas tiroideos. Es sometida a apendicectomía incidental tras evaluación clínica sugerentes de apendicitis aguda. En la epicrisis de alta, detalla glucemia en ayuna: 140 mg/dl, fósforo: 2,4 mg/dl, calcio en orina de 24 horas: 333,2 mg/24 horas y micro albuminuria (+++), Ante la persistencia de alteraciones del metabolismo fosfocálcico se solicitan valores de PTH: 310 pg/ml. Con indicación de cura diario en puesto de salud más cercano, retiro de puntos en 7 días, cita con cirugía en un mes, recomendaciones de auto cuido en referencia al uso de mascarilla y lavado de manos frecuentemente como medida de prevención del Covid – 19. Se le sugiere una dieta rigurosa por su estado de salud, cumplimiento estricto de su medicamento, actividad física dosificada a su condición.
¿como puedo relacionar este caso clínico con estos temas funciones dela piel. estructura anexas dela piel, pelo glandulas cutánea, uñas.
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Respuestas a la pregunta
En este caso clínico, la mujer presenta obesidad, hipertensión arterial y problemas tiroideos, todo lo cual puede afectar la función de la piel. La obesidad puede causar un aumento de la presión sobre la piel, lo que puede dificultar la transpiración y aumentar el riesgo de sudoración y picazón. La hipertensión arterial puede aumentar el riesgo de aparición de varices y úlceras cutáneas. Los problemas tiroideos pueden causar cambios en el metabolismo de la piel, lo que puede afectar la producción de sebo y aumentar el riesgo de aparición de erupciones cutáneas.
Las anexas de la piel, como las glándulas sudoríparas y sebáceas, pueden verse afectadas en este caso clínico. Las glándulas sudoríparas pueden verse inhibidas por la obesidad y la hipertensión arterial, lo que puede dificultar la transpiración y aumentar el riesgo de sudoración y picazón. Las glándulas sebáceas pueden verse afectadas por los problemas tiroideos, lo que puede afectar la producción de sebo y aumentar el riesgo de aparición de erupciones cutáneas.
El pelo y las uñas también pueden verse afectados en este caso clínico. Los problemas tiroideos pueden causar cambios en el metabolismo del pelo, lo que puede afectar su crecimiento y causar caída del cabello. Los problemas tiroideos también pueden afectar el metabolismo de las uñas, lo que puede causar un debilitamiento de las uñas.