Ciencias Sociales, pregunta formulada por sofiasalasasto, hace 17 horas

movimiento que permite que el músculo se alarga o estire​

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Contestado por rengifom910
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1.     Introducción

    El presente trabajo supone una revisión de la literatura científica, orientada al ámbito biomédico y deportivo de rendimiento, en la que se pretende analizar los diferentes tipos de trabajo muscular, desde el punto de vista del trabajo como contracción, y el resultado que este trabajo comporta en la función del músculo esquelético.

    Por tanto, focalizando nuestra atención en la contracción muscular, podemos diferenciar 2 tipos básicos de contracción. Un músculo puede desarrollar tensión, pero estar sometido a una fuerza externa que le impide el desplazamiento (contracción isométrica o estática) o, además de generar tensión, puede desplazarse (acortándose o alargándose) de forma que modifica su longitud y diámetro (contracción anisométrica o isotónica). En ellas la tensión muscular se mantiene constante a lo largo del todo el rango de movimiento. Dentro de las contracciones isotónicas podemos encontrar las concéntricas, donde el músculo se acorta al desplazar una resistencia, y las excéntricas, donde el músculo se alarga. La combinación de ambos tipos de trabajo (concéntrico y excéntrico) sumado a la variación del ROM de la articulación va a derivar en una serie de cambios morfológicos. La fisiología de un músculo está influida exclusivamente por el sistema neuromotor pero su morfología puede ser influida por las condiciones mecánicas que lo hacen contraerse.

    Además de las contracciones concéntricas y excéntricas, analizaré en la revisión la sucesión temporal de ambas contracciones (excéntrica y concéntrica), denominada ciclo de estiramiento-acortamiento (SSC; Knuttgen y Kraemer, 1987), trabajo pliométrico o reactivo. Y un tipo de contracción denominada isocinética, en la que se realizan movimientos a velocidad angular constante a lo largo del rango de movimiento con una resistencia ajustable.

    Todas estas consideraciones ligadas a la función muscular, hacen necesario para este estudio la consideración de la musculatura tónica y fásica, así como los desequilibrios musculares que pueden derivarse a lo largo de nuestra vida.

2.     Generalidades acerca de la biomecánica muscular

    Previamente a introducir los diferentes tipos de trabajo mecánico y su repercusión en la función muscular, es necesario conocer una serie de generalidades propias de la biomecánica muscular.

2.1.     Los componentes del músculo: El modelo de Hill (1950)

    El músculo está formado por un componente contráctil (fibras musculares) y uno no contráctil. El no contráctil se encuentra dividido a su vez en el componente elástico paralelo (CEP: tejido conjuntivo, miofibrillas) y el componente elástico seriado (CES: tendón, unión entre sarcómeros).

    De forma general podemos afirmar que el músculo es contráctil y elástico, mientras el tendón es poco elástico (colágeno).

    Cuando los componentes elásticos paralelos y en serie se estiran durante la contracción activa o el alargamiento pasivo del músculo, se produce la tensión y se almacena la energía, cuando se retraen con la relajación muscular, esta energía se libera. La series de fibras elásticas son más importantes en la producción de tensión que las fibras elásticas paralelas (Wilkie, 1956).

    Muchos investigadores han sugerido que los puentes cruzados de los filamentos de miosina tienen una propiedad de tipo muelle y eso también contribuye a las propiedades elásticas del músculo (Hill, 1968).

2.2.     Los músculos en función de la ordenación de sus fibras

    Los músculos, como hemos mencionado, están constituidos por el componente contráctil, la sarcómera, que produce la tensión activa. La disposición de los componentes contráctiles afecta a las propiedades contráctiles del músculo de forma dramática. Cuantas más sarcómeras se dispongan en serie, mayor será la longitud de la miofibrilla; cuántas más sarcómeras se dispongan en paralelo mayor será el área de sección transversal de la miofibrilla. Estos dos patrones arquitectónicos básicos de las miofibrillas (larga o gruesa) afectan a las propiedades contráctiles de los músculos de la siguiente forma (Nordin, 2001):

La fuerza que el músculo puede producir es proporcional a la sección transversal de la miofibrilla (Lieber, 1993).

La velocidad y la excursión (rango de trabajo) que el músculo puede producir son proporcionales a la longitud de la miofibrilla (Lieber, 1993)

    Relacionado con el concepto anterior, podemos clasificar los músculos esqueléticos en función de la ordenación de sus fibras y el tipo de inserción.

Fusiformes: las fibras musculares están dispuestas siguiendo el eje longitudinal del músculo. Cuando se acortan las fibras influye en el acortamiento global del músculo y por lo tanto, implica que haya un gran desplazamiento del hueso. Están más adaptados a la velocidad que a la fuerza por desarrollarla sobre una distancia larga (brazos de palanca largos). Son músculos fásicos, dan mucho movimiento, pero se agotan rápido.

Penniformes: las fibras musculares están situadas formando un ángulo respecto el eje longitudinal

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