Mitos y creencias sobre la ilustración
Respuestas a la pregunta
Respuesta:mitos y realidades de la Ilustración” a través de cuatro conferencias pronunciadas por la propia profesora Iglesias, que presentó una visión panorámica de la Ilustración en la génesis del mundo moderno”; el catedrático de Filosofía Antonio Valdecantos, que reivindicó “la herencia irónica del Siglo de las Luces”; la profesora de Ciencia Política Isabel Wences, que examinó la importancia de las “pasiones” en los pensadores ilustrados de la escuela escocesa; y el catedrático de Estética Félix de Azúa, que analizó el “oscurecimiento progresivo de las Luces” a finales del siglo XVIII en los albores del Romanticismo. Finalmente, este viaje a la Ilustración se cerró con un diálogo sobre utopías y distopías entre el filósofo José Luis Pardo y la profesora Iglesias.
En esta entrevista, la directora de la Real Academia de la Historia repasa las ideas centrales que han emergido a lo largo del ciclo, y celebra el hecho de que haya servido para desmontar algunos tópicos y lecturas simplistas de la Ilustración. Para la profesora Iglesias, en los pensadores ilustrados están las raíces intelectuales de nuestro mundo secularizado, ya que fueron ellos los que consolidaron la creencia en que nuestro destino solo depende de nosotros mismos y de las instituciones que creamos. Sin necesidad de mitificar las “Luces” o la “Razón” con mayúsculas, la historiadora está convencida de que la Ilustración nos sigue sirviendo de brújula para orientarnos ante los desafíos del siglo XXI, y puede actuar como un antídoto eficaz frente a la “posverdad” y otras amenazas inquietantes de nuestro tiempo.
La historia, y en general las Humanidades, son desde su punto de vista una herramienta fundamental para valorar los avances conquistados por los seres humanos a lo largo de muchos siglos y a la vez tomar conciencia de su fragilidad. Además, y quizás esto sea lo más importante, también nos pueden servir para desacreditar falsos mitos sobre un “Progreso” lineal o irreversible, y también los delirios utópicos que prometen una futura sociedad “perfecta”, pero suelen conducir al desastre.
Pregunta.- ¿Qué mitos y qué realidades sobre la Ilustración han salido a la luz en esta segunda edición del ciclo “Historia de las Ideas”?
Respuesta.- La realidad es que somos herederos casi directos de la Ilustración. La Ilustración quiebra de una manera casi irreversible la unión entre el orden sagrado y el orden profano. Es la secularización que se había iniciado de alguna manera desde el Renacimiento, pero que la Ilustración consolida. Es la primera vez en la que se afirma que el destino del ser humano depende del propio ser humano, lo cual también tiene sus costes, y ahí entramos en el terreno de lo mítico. De alguna manera, se sustituyen unos mitos por otros. Lo que pasa es que algunos son más liberadores que otros, pero el cerebro humano, tal y como nos enseñan las ciencias cognitivas, sigue necesitando ese proceso de imaginación y de pensamiento imaginario que puede ser susceptible, por un lado, de grandes avances. Como decía Popper, tenemos la capacidad para decir “no” a la realidad, esa capacidad maravillosa del ser humano a través del lenguaje y de una socialización especial. Pero al mismo tiempo esa misma capacidad puede crear, en esos mundos imaginarios, proyectos que acaban en destrucción total. Ese mito del ser humano dueño de sí mismo es algo que todavía se mantiene: la creencia de que cualquiera puede llegar a cualquier sitio. Pero las ciencias del cerebro nos enseñan que las cosas son más complejas.
P.- ¿Podríamos decir que la Ilustración es hoy un mito para algunos intelectuales? ¿Se puede llegar a mitificar la razón de una manera que pueda llegar a ser peligrosa?
R.- Es una versión muy simplista de la Ilustración el identificarla exclusivamente con la razón, porque desde luego los ilustrados del siglo XVIII, como Hume, Montesquieu y Diderot, le daban un gran valor a los sentimientos y las emociones. Para ellos, las pasiones son fundamentales, son el motor de la acción. De lo que se trata es que esas pasiones no sean destructivas. Quizás la fuerza del “atrévete a saber” kantiano, que se convirtió en la divisa de la Ilustración, es lo que de alguna manera se convierte a veces en mito. Pero sigo pensando que la realidad de lo que fue la Ilustración europea –el “convoy semántico de las luces” que decía un viejo profesor, la idea de felicidad en esta Tierra, la igualdad de los derechos de todos los seres humanos– recorre todos los países europeos con distinto énfasis y en distintos momentos, pero realmente secularizó la cultura occidental.