Castellano, pregunta formulada por laura021710sofia, hace 1 año

Mitos de fenómenos naturales.

Respuestas a la pregunta

Contestado por juanjoelduque
13

Respuesta:

Todos aquellos que han vivido una catástrofe natural importante, cuentan con una experiencia vital que no suele olvidarse. Esto sucede aun en los casos en que la existencia de sistemas preventivos, frecuentes en países desarrollados, minimiza los efectos del desastre, tanto en lo humano como en lo material. En los países en vías de desarrollo, tal y como hemos visto en los devastadores tifones de Bangladesh en las últimas tres décadas con cientos de miles de muertos o en el terremoto de Nicaragua de 1972 que produjo unos 10.000 muertos, los efectos humanos son muy severos y los daños materiales imprimen su huella durante décadas. Se trata de las típicas experiencias que se cuentan a las generaciones más jóvenes, tanto más cuanto más raro es el hecho.

Explicación:

Contestado por angeln123
6

Respuesta:

tal y como hemos visto en los devastadores tifones de Bangladesh en las últimas tres décadas con cientos de miles de muertos o en el terremoto de Nicaragua de 1972 que produjo unos 10.000 muertos, los efectos humanos son muy severos y los daños materiales imprimen su huella durante décadas. Se trata de las típicas experiencias que se cuentan a las generaciones más jóvenes, tanto más cuanto más raro es el hecho.

La investigación científica de algunos desastres naturales durante el último siglo, con un desarrollo de las Ciencias de la Tierra muy superior al existente en la primera mitad del XIX, permite rastrear , aplicando rigurosamente el actualismo geológico como se verá, el probable núcleo histórico de diversos mitos y constatar la conversión de lo histórico incomprensible en lo mítico y religioso en pueblos precientíficos. Es así como ha surgido lo que Dorothy Vitaliano llama la Geomitología (Vitaliano, 1973). Aunque solo se tratarán algunos mitos de la cultura occidental, la investigación ha sido también fructífera para mitos y creencias de otros pueblos (Vitaliano, 1973 ).

Antes de la creación de la Ciencia moderna en el XVII, y especialmente a métodos e instrumentación que permiten rastrear en sus lugares de origen la veracidad o falsedad de los más diversos mitos de componente geográfica y abordar el problema interdisciplinarmente con una perspectiva desde lo que Braudel llamó la Historia Total. Así, un supuesto diluvio universal, necesariamente tendría que haber dejado huella en la gea, la flora y la fauna, y ello proporciona una pista de investigación que junto a la histórica, puede explicar muchas cosas. Así puede decirse de muchos otros mitos. No obstante, el mero sentido común ha bastado desde siempre para cuestionar no pocas partes de los relatos bíblicos - con numerosos errores científicos por otra parte -, como sucede p.e. en el Génesis, que sostiene la creación del día, con tarde y mañana (1, 5), antes de la creación del sol (1,16).

El diluvio bíblico es el mito diluvista de la cultura occidental. Según la versión de la Biblia de monseñor Straubinger publicada en España en 1987, en el Génesis 6,17 , Yahvé, dios de los judíos, últimamente presentado como padre amoroso por muchas corrientes del cristianismo, heredero de la tradición hebrea, dice a Noé: “voy a traer un diluvio de aguas sobre la tierra, para exterminar toda carne que tiene en sí aliento de vida bajo el cielo”, ya que se había percatado de que había creado una especie pecadora. Por ello, en 7,12 se dice que “estuvo lloviendo sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches”, y más adelante, en 7,17, “El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra” y en 7,19 : “quedaron cubiertos todos los montes más altos “.

Según 7,21, “Entonces murió toda la carne que se movía sobre la tierra”. Más adelante, en 8-3, se dice : “al cabo de ciento cincuenta días las aguas empezaron a menguar” ( tras detenerse la lluvia en el cielo, 8,2, lluvia que antes duraba cuarenta días ). Según el Concilio Vaticano II (“Dei Verbum” 11), los libros de la Biblia “escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios por autor” por lo cual, supuesta la omnisciencia divina, y a pesar de aplicar el apdo. 12 de la misma encíclica y colocar “los textos en las situaciones histórico-culturales en que fueron escritos”, lo que no invalida el recurso al Principio de Contradicción ni los hechos descritos cuando se pcimiento, sino a fortalecer la voluntad de llevar una vida realmente religiosa”, asumiendo por tanto que Jehová, el dios judeocristiano, tiene una lógica que choca con la de los humildes mortales que tratamos de utilizar nuestra razón, especialmente perplejos si creyeramos al versículo 27 del Génesis: “Y creó Dios al hombre a imagen shabrán turbado, para los investigadores científicos, en la senda abierta por De Wette en 1817 ( Henning,1950), se trata de una prueba de que el Génesis agrupa relatos de diferentes autores, en concreto el autor “Jehovista”(J) y el “Sacerdotal”(S)( Elliot Friedman, 1987). La doble versión –lo que los expertos bíblicos denominan doblete, fruto de la mezcla de versiones distintas -vuelve a estar presente cuando en 8,7, Noé suelta un cuervo que “salía y retornaba hasta que se secaron las aguas sobre la tierra”, lo cual no impide que inmediatamente el proceso se repita, inútilmente, con una paloma que acabará trayendo la rama de olivo en el pico (8,8 a 8,11). Esto , no representando al parecer problema para los creyentes como Heinsle, poco preocupados por el afán de verosimilitud que se desprende del Génesis, refuerza para un científico la tesis de las dos versiones entremezcladas. En realidad, ambas versiones, pueden separarse, y tener completa coherencia cada una , tal y como nos las presenta Elliot en su libro de 1987.

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