MICROCUENTO APARTIR DE LOS CONSEJOS DE MARTIN FIERRO
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En su Introducción al Martín Fierro, Luis Sainz de Medrano, en la estela de otros críticos, afirma que en el poema, al lado de las conocidas y directas influencias de las elaboraciones anteriores de la poesía gauchesca, «no faltan ecos muy precisos de la literatura española clásica»1. Entre estas posibles fuentes indica por supuesto a Calderón, a Lope, a Espronceda, etc. a los que añade a don Juan Manuel (1282-1348), justificando su elección con estas palabras:
Por nuestra parte no queremos dejar de apuntar la posible relación existente entre la payada y los capítulos del Libro del caballero y el escudero de don Juan Manuel, en la que un joven escudero es aleccionado por un caballero ermitaño sobre cuestiones de religión, qué son los cielos, los elementos, los planetas, el hombre [...]2,
y señalando en nota, a este propósito, los catorce capítulos (XXXV-XLVIII). La afirmación parece bastante persuasiva ya que puede correr sobre la estela de cierto medievalismo que late en el acervo literario tradicional argentino3 (en este caso sobre todo las adivinanzas, preguntas o ¿cosa y cosa?) y puede abrir el camino hacia el descubrimiento de otras interesantes relaciones entre la literatura española medieval, con referencia justamente a otras y diferentes obras de don Juan Manuel y el Martín Fierro de José Hernández que -como sabemos- aunque no fuera un erudito era sí un lector omnívoro.
Hacia esta búsqueda me ha empujado no sólo esa deformación profesional que casi nos obliga a rastrear pistas allí donde encontramos una intuición sugerente, sino sobre todo el recuerdo de una conversación -lejana sólo en el tiempo- con el querido e inolvidable profesor Paul Verdevoye que me indicaba la posibilidad de esta investigación. Porque es así como quiero y debemos recordarlo -con su entusiasmo, su curiosidad, su inteligencia, su generosidad- los que lo hemos admirado y querido, los que tenemos el privilegio de guardar recuerdos con él, los que no nos hemos acostumbrado a su ausencia.
Por supuesto -como más o menos me explicaba el profesor Verdevoye-, no se trata de ir buscando formas rigurosas de intertextualidad, sino de poner de relieve ciertas afinidades que se notan en el tratamiento de algunos temas que no pueden no detectar la existencia de una veta ininterrumpida que, a través de una infinidad de reelaboraciones (directas o indirectas), une al poeta gauchesco con el escritor medieval.
Explicación: