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El término lenguas de México se refiere a los idiomas o lenguas y las variedades lingüísticas habladas de manera estable por comunidades nativas en territorio mexicano. Además del idioma español, que representa la mayoría lingüística, en México se hablan al menos 68 idiomas indígenas. Cada uno de ellos con sus respectivas variantes lingüísticas o dialectos, siendo estos alrededor de 350. La gran cantidad de lenguas que se hablan en el territorio mexicano hacen del país uno de los más ricos en diversidad lingüística en el mundo. Conforme al artículo 4.º de la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas publicada el 15 de marzo de 2003, las lenguas indígenas y el español han sido declaradas «lenguas nacionales» por su carácter histórico, por lo que cuentan con la misma validez en todo el territorio mexicano.[1]
En México, el idioma más hablado es el español, seguido por el mexicano (náhuatl). El resto de los idiomas hablados en el país está por debajo del millón de hablantes. Entre estos, los que superan el medio millón de hablantes son el maya yucateco, el mixteco y el inglés. Aunque no existe un idioma oficial establecido, el español y los 68 idiomas indígenas del país tienen reconocimiento como lenguas nacionales de México con el mismo valor ante la ley.[2]
La relación entre el español y las lenguas indígenas ha pasado por diversos momentos desde que los europeos llegaron a América. En el caso mexicano, numerosas lenguas indígenas fueron objeto de atención para los primeros misioneros evangelizadores, que mostraron un celo particular por aprender los idiomas nativos y cristianizar a los americanos en sus propias lenguas. Estos y otros intelectuales en los años posteriores a la Conquista produjeron las primeras gramáticas y vocabularios de idiomas como el náhuatl, el maya, el otomí, el mixteco y el purépecha. Así, estas lenguas fueron escritas por primera vez en caracteres latinos. En contraste, numerosas lenguas se perdieron antes de que pudieran ser registradas o estudiadas sistemáticamente, pues sus hablantes fueron rápidamente asimilados, o bien, se extinguieron físicamente. En el caso de decenas de lenguas desaparecidas entre los siglos XVI y XIX, lo único que queda son menciones de su existencia en algunos escritos y pequeños vocabularios. Se calcula que hacia el siglo xvii, en México se hablaban más de cien lenguas.
Durante el periodo virreinal se mantuvieron estas variedades lingüísticas, consolidándose el español como la lengua predominante entre las clases altas y el mexicano o náhuatl como lengua franca. A partir de la independencia de México, se planteó la necesidad de castellanizar todos los pueblos indígenas, pues se veía en la diversidad lingüística una dificultad para integrarlos a la sociedad nacional. Hasta el siglo XX, la única lengua de enseñanza y de la administración era el español; los primeros intentos de alfabetización en lenguas indígenas tenían por objeto que los educandos aprendieran a escribir para después continuar el proceso educativo exclusivamente en español.
La población hablante de cada una de las lenguas nacionales de México no es conocida con precisión. El Censo de Población y Vivienda de 2010, realizado por el INEGI, señala que alrededor de seis millones de personas hablan una lengua indígena, pero el dato corresponde solo a personas mayores de cinco años. La población étnica indígena fue calculada por la CDI en 12,7 millones de personas en 1995, lo que equivalía al 13,1 % de la población nacional en ese año (1995).[3] A su vez, la CDI sostenía que, en 1995, los hablantes de lenguas indígenas en el país sumaban alrededor de siete millones. Tampoco se conoce con precisión la magnitud de las comunidades hablantes de lenguas extranjeras que se han establecido en el país como consecuencia de la inmigración.