Ciencias Sociales, pregunta formulada por sa4dorbrseterovaler, hace 1 año

Medidas preventivas para una buena aclimatación al viajar desde la región litoral a la interandina

Respuestas a la pregunta

Contestado por DannyStuart
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Viajar es un inmenso placer, nos carga de energía y nuevas experiencias, por más que sea una actividad placentera requiere de ciertos recaudos, según el destino debemos tomar medidas preventivas adecuadas. Prestar suma atención a las condiciones higiénico sanitarias, medio ambientales y socioeconómicas, ya que estos factores son muchas veces determinantes a la hora de transmitir una enfermedad infecciosa.

Los riesgos de contraer una enfermedad durante un viaje dependen de las medidas preventivas que hemos adoptado antes del viaje (vacunas), medidas higiénicas, alimenticias, protección contra insectos, duración, tipo de viaje y época del año.

Aquí algunas recomendaciones a tener en cuenta:

Medio ambiente: El clima y sol

En niños y ancianos la exposición a elevadas temperaturas y exceso de humedad pueden producir, hipertermia y síncope. En estos casos se recomienda el aumento de la ingesta de líquidos, limitar el ejercicio físico en las horas de temperaturas más altas y ducharse con frecuencia.

En casos de frío y/o nieve pueden provocar hipotermia y lesiones de congelación en manos y pies. Para evitarlo hay que utilizar el calzado y la ropa de abrigo apropiada para cada zona, en especial si visitaremos zonas montañosas.

Exposición al sol:

En casos de pieles sensibles lo ideal es adaptarse progresivamente a la exposición solar.

La radiación ultravioleta del sol sobre la piel puede producir quemaduras, foto sensibilidad y efectos a largo plazo como es el cáncer de piel.  Las recomendaciones para todas las edades es evitar horas de mayor intensidad de rayos solares, utilizar sombreros, gafas de sol y cremas con filtro solar de alta protección (mayor a 30), renovándolo frecuentemente durante el día, en especial si se producen baños en mares o piletas.

Altitud: Mal de altura

Al alcanzar altitudes elevadas, la presión atmosférica se reduce, como consecuencia disminuye el suministro de oxígeno a los tejidos, este es el llamado “mal de altura”, cuya gravedad dependerá de la altitud alcanzada, la velocidad a la que se ha ascendido, y de la actividad desarrollada.

Ascender de forma rápida puede provocar hipoxia aguda por la que la persona afectada se debilita y puede perder el conocimiento.

Al cabo de unas horas a grandes alturas puede aparecer el “mal de altura agudo”, que se caracteriza por dolor de cabeza, anorexia, náuseas, vómitos, insomnio, fatiga, debilidad e irritabilidad. En algunos casos el resultado puede ser mortal al desarrollarse edema pulmonar y cerebral.

Aquellos viajeros tengan como objetivo alcanzar grandes alturas deberán ascender lentamente para realizar una aclimatación gradual, moderar la actividad física, sobre todo las primeras 48 horas (si se vuela a aeropuertos situados a gran altura es conveniente esperar unos días antes de comenzar a ascender), tomar abundante líquido, seguir una dieta pobre en sal, y llevar ropa adecuada.

Reglas básicas para soportar la altura son:

Ingesta de líquidos antes de tener sed, ingesta de alimentos antes de tener hambre, abrigo antes de tener frío y planificar el descanso antes de sentir agotamiento.

Ríos y Lagos: Medidas preventivas

• Utilizar botas altas impermeables, pantalón largo y ropa de manga larga y en caso de que sea necesario sumergir las manos, utilizar guantes de goma.

• Evitar las orillas de riachuelos, estanques, lagos y presas, donde haya abundante vegetación que albergue caracoles, responsables de la transmisión de ciertos parásitos. Al atravesar un curso de agua, hacerlo por la parte que queda por encima de un poblado y en zonas de poca actividad humana.

• Si por accidente se toma contacto con el agua, frotar vigorosamente la piel con alcohol y después secarla con una toalla, para reducir el riesgo de infección.

Insectos:

El contacto con insectos y su eventual picadura puede provocar irritación, reacciones alérgicas o bien transmitir enfermedades como paludismo o malaria.

Las recomendaciones generales para evitar picaduras de insectos son:

Acudir a alojamientos con protección en puertas y ventanas.

Colocar espirales en la habitación o difusores de insecticidas.

Utilizar mosquiteras en la cama, correctamente colocadas, vigilando que no tengan agujeros e impregnarlas con repelentes.

Aplicar repelente de insectos con frecuencia, sobre todo en climas cálidos y húmedos, en las partes de la piel expuestas a las picaduras y en la ropa, ya que los mosquitos también pueden picar a través de ella.

Primero se debe aplicar protección solar y luego el repelente, ya que este último puede reducir la eficacia del protector en un 20 a 30%.

En zonas donde haya una cantidad importante de insectos, es conveniente utilizar ropas de manga larga y pantalón largo.

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