medidas concretas que se tomaron en Europa durante el nazismo y el fascismo para fomentar la natalidad. ¿Por qué razón el gobierno aplicaba esas políticas?
Respuestas a la pregunta
La historia del control de la natalidad se inscribe dentro de una prolongada lucha política e ideológica, aún no terminada, en torno a las problemáticas de la sexualidad, que habría comenzado en Inglaterra en 1822 con la publicación del folleto de Francis Place en favor de éste. Se ha venido librando en el terreno de la política, de la ciencia, de la tecnología, de la historia empresarial, e incluso de la literatura y la cinematografía, ya que la lucha por la disponibilidad de anticonceptivos y por la despenalización del aborto fue paralela a otra por la libertad de expresión sobre la temática sexual, que incluyó la pelea contra la censura, por ejemplo, en novelas como El amante de Lady Chatterley, de David H. Lawrence, y Ulises, de James Joyce; así como la lucha contra las reglamentaciones represivas en la producción cinematográfica. La cuestión está, además, estrechamente relacionada con la dominación de género y el vínculo entre sexualidad y política.
Esta historia se inscribe dentro de la Antropología y de una teoría de las necesidades. Pero además es parte de la historia política, es decir, de la lucha de clases, en tanto que hubo fuerzas sociales que estuvieron a favor y en contra, y que estas fuerzas se ubicaban dentro de las clases dominantes o de las subordinadas.
Sugiero que la cuestión de la lucha por el control de la natalidad sea vista fundamentalmente dentro del marco de la lucha de clases, ya que ese control era una demanda fundamental del sector más politizado y consciente del proletariado, y en particular de las proletarias. Los partidos que pretendían representarlo fueron los socialdemócratas y comunistas, en el segundo caso después de la fundación de la Tercera Internacional, en 1919. Sostengo que fallaron de la manera más deplorable en ubicarse correctamente y en jugar un papel dirigente en esta lucha, con la notable excepción del Partido Comunista Alemán durante los años inmediatamente anteriores a la toma del poder por el fascismo. Se puede suponer que aquel fracaso se debió tanto a la influencia ideológica de la burguesía, como a la poca claridad en cuanto a reivindicaciones de este tipo, es decir, ni económicas ni políticas en un sentido directo, sino relativas a la calidad de vida. En el caso de los partidos socialdemócratas, aunque la información es fragmentaria, muestra que incluso se ubicaron en el lado equivocado de la línea de clase, en particular el Socialdemócrata Alemán en el mismo periodo ya mencionado, por seguir la política del oportunismo, que los llevó a buscar una alianza con los clericales como mal menor en relación con la posible toma del poder por el fascismo. En el caso del Partido Comunista Alemán, no se puede decir que su correcta posición haya sido producto de una discusión teórica profunda, sino que es posible pensar que respondió de manera pragmática a lo que sus cuadros en el sector de la salud y la asistencia social veían de manera inmediata como una reivindicación del proletariado.
Los motivos por los que la burguesía se opuso al control de la natalidad habrían sido esencialmente los ya mencionados del parlamentario George Rose contra Malthus. Rose apuntaba que una mayor población era necesaria tanto por motivos económicos, es decir, tener disponible un mayor ejército industrial de reserva para mantener bajos los salarios, como político-militares, en cuanto a tener reclutas disponibles para las fuerzas armadas. También cabe suponer que los motivos burgueses para oponerse al control de la fecundidad tuvieron relación con la alianza de esa clase con las burocracias religiosas y las armadas. En este aspecto corresponde mencionar la oposición de los órganos de prensa de la burguesía inglesa contra la teoría de la evolución por selección natural (Ellegard, 1990). Por su parte, las burocracias armadas habrían evaluado que su peso social dependía del tamaño de las fuerzas armadas, por lo que es lógico suponer que por ello estaban en contra del control de la natalidad. Cabe mencionar que, al menos en Francia, a fines del siglo XIX, el infame proceso contra el capitán judío Alfred Dreyfus, en el que se mostraron las tendencias chovinistas y racistas de gran parte de la burguesía, mostró también la estrecha afinidad entre la jerarquía católica y la cúpula militar.