Castellano, pregunta formulada por villamilkaren, hace 1 mes

ME PUEDEN AYUDAR PORFAVOR ES PARA HOY;(.​

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Contestado por richi9374
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Respuesta:

José Emilio Pacheco

(Ciudad de México, 1939-2014)

Tarde de agosto

El viento distante

(México, D.F.: Ediciones Era, 1963, 59 págs.)

A la memoria de Manuel Michel

reclinaba la cabeza en el hombro de Pedro, Pedro conducía con una mano para abrazar a Julia, una canción de entonces trepidaba en la radio, caía la tarde en la ciudad de piedra y polvo. Viste perderse en la ventanilla las últimas casas y los cuarteles y los cementerios. Después (Julia besaba a Pedro, tú no existías hundido en el asiento posterior) el bosque, la montaña, los pinos desgarrados por la luz llegaron a tus ojos como si los cubrieran para impedir el llanto.

Al fin Pedro detuvo el Ford frente a un convento en ruinas. Bajaron y anduvieron por galerías llenas de musgos y de ecos. Se asomaron a la escalinata de un subterráneo oscuro. Hablaron, susurraron, se escucharon en las paredes de una capilla en que las piedras trasmitían las voces de una esquina a otra. Miraste el jardín, el bosque húmedo, la vegetación de alta montaña. Te sentiste ya no el huérfano, el intruso, el primo pobre que iba mal en la escuela y vivía en un edificio horrible de la colonia Escandón, sino un héroe de Dunkerque, Narvik, Tobruk, Midway, Stalingrado, El Alamein, el desembarco en Normandía, Varsovia, Monte Cassino, Las Ardenas. Un capitán del Afrika Korps, un oficial de la caballería polaca en una carga heroica y suicida contra los tanques hitlerianos. Rommel, Montgomery, von Rundstedt, Zhukov. No pensabas en buenos y malos, en víctimas y verdugos. Para ti el único criterio era el valor ante el peligro y la victoria contra el enemigo. En ese instante eras el protagonista de la Colección Bazooka, el combatiente capaz de toda acción de guerra porque una mujer celebrará su hazaña y su victoria resonará para siempre.

La tristeza cedió lugar al júbilo. Corriste y libraste de un salto los matorrales y los setos mientras Pedro besaba a Julia y la tomaba del talle. Bajaron hasta un lugar en que el bosque parecía nacer junto a un arroyo de aguas heladas y un letrero prohibía cortar flores y molestar a los animales. Entonces Julia descubrió una ardilla en la punta de un pino y dijo: Me gustaría llevármela a la casa. Las ardillas no se dejan atrapar, contestó Pedro, y si alguien lo intentara hay muchos guardabosques para castigarlo. Se te ocurrió decir: yo la agarro. Y te subiste al árbol antes de que Julia pudiera decir no.

Tus dedos lastimados por la corteza se deslizaban en la resina. Entonces la ardilla ascendió aún más alto. La seguiste hasta poner los pies en una rama. Miraste hacia abajo y viste acercarse al guardabosques y a Pedro que, en vez de ahuyentarlo en alguna forma, trababa conversación con él y a Julia tratando de no mirarte y sin embargo viéndote. Pedro no te delató y el guardabosques no alzó los ojos, entretenido por la charla. Pedro alargaba el diálogo por todos los medios a su alcance. Quería torturarte sin moverse del suelo. Después presentaría todo como una broma pesada y él y Julia iban a reírse de tí. Era un medio infalible para destruir tu victoria y prolongar tu humillación.

FIN

Explicación:

espero que te ayude :D

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