me pueden ayudar con una conclusión sobre: La pobreza y la exclusión social
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Diversos autores han planteado que el concepto de exclusión social quiere recoger aspectos y dimensiones más amplias que las que contempla el concepto de pobreza (Cabrera, 2002; Raya, 2004; Subirat et al., 2005). Con anterioridad a la utilización y aparición del concepto de exclusión social, las privaciones humanas eran caracterizadas como pobreza, recogiendo principalmente las carencias de necesidades básicas materiales en la que muchas personas se encontraban, de forma que la ausencia de recursos materiales imposibilitaba la participación en el consumo de bienes y en las condiciones de vida de una sociedad determinada.
En este sentido, se ha planteado una tipología de representaciones de pobreza en Europa (Simmel, en Hernández Pedreño, 2008): en primer lugar, la pobreza integrada, por la cual las personas pobres serían numerosas pero no estarían estigmatizadas, situadas en territorios que tradicionalmente se han considerado poco desarrollados; en segundo lugar, la pobreza marginal, que conformaría un grupo menor de población, al que se le consideraría como inadaptado y estigmatizado socialmente, y, por último, la pobreza descalificadora, que aglutinaría a un colectivo de población numeroso, al que se ha expulsado de la esfera productiva y que con anterioridad estaba integrado. Estas personas se encontrarían en situaciones de vulnerabilidad debido a la precariedad en el acceso a recursos básicos. A éstos sería a los que competería el concepto de exclusión social.
La participación en todas las esferas de una sociedad no se reduce exclusivamente a un aspecto económico y material, aunque éste sea muy importante. Existen otros obstáculos que impiden dicha participación. Se pueden tener recursos económicos muy bajos y no encontrarse excluido socialmente. Para recoger estas dimensiones y características, que el concepto de pobreza no contemplaba, emerge el término exclusión social.
Explicación:
Diversos autores han planteado que el concepto de exclusión social quiere recoger aspectos y dimensiones más amplias que las que contempla el concepto de pobreza (Cabrera, 2002; Raya, 2004; Subirat et al., 2005). Con anterioridad a la utilización y aparición del concepto de exclusión social, las privaciones humanas eran caracterizadas como pobreza, recogiendo principalmente las carencias de necesidades básicas materiales en la que muchas personas se encontraban, de forma que la ausencia de recursos materiales imposibilitaba la participación en el consumo de bienes y en las condiciones de vida de una sociedad determinada.
En este sentido, se ha planteado una tipología de representaciones de pobreza en Europa (Simmel, en Hernández Pedreño, 2008): en primer lugar, la pobreza integrada, por la cual las personas pobres serían numerosas pero no estarían estigmatizadas, situadas en territorios que tradicionalmente se han considerado poco desarrollados; en segundo lugar, la pobreza marginal, que conformaría un grupo menor de población, al que se le consideraría como inadaptado y estigmatizado socialmente, y, por último, la pobreza descalificadora, que aglutinaría a un colectivo de población numeroso, al que se ha expulsado de la esfera productiva y que con anterioridad estaba integrado. Estas personas se encontrarían en situaciones de vulnerabilidad debido a la precariedad en el acceso a recursos básicos. A éstos sería a los que competería el concepto de exclusión social.
La participación en todas las esferas de una sociedad no se reduce exclusivamente a un aspecto económico y material, aunque éste sea muy importante. Existen otros obstáculos que impiden dicha participación. Se pueden tener recursos económicos muy bajos y no encontrarse excluido socialmente. Para recoger estas dimensiones y características, que el concepto de pobreza no contemplaba, emerge el término exclusión social.
La exclusión social es un proceso dinámico y acumulativo de barreras y dificultades que apartan de la participación en la vida social a personas, familias, grupos y regiones, con relaciones desiguales con el resto de la sociedad. La exclusión social lleva implícita una serie de características (Cabrera, 2005; Subirats et al., 2005):
Es estructural, puesto que sus causas no se encuentran situadas en el plano individual sino en la estructura de las sociedades postindustriales, que genera acceso desigual a los recursos, así como espacios de desintegración y no participación, expulsando hacia los márgenes a sectores de población, o territorios. La merma del Estado de Bienestar y de los niveles de protección social han contribuido a acrecentar los procesos de exclusión y pobreza.
No es una situación fija, sino un proceso dinámico, cambiante, que puede modificarse en diferentes sentidos, desde zonas de integración a zonas de exclusión, y nuevamente de integración. El riesgo y la vulnerabilidad son conceptos importantes en esta situación dinámica y las buenas prácticas de intervención y los recursos apropiados pueden hacer reversibles los procesos de exclusión.
Es relacional, de relaciones construidas en el acceso desigual a los recursos con el resto de la sociedad, es decir, de carencia de relaciones de ciudadanía.
Es multidimensional, pues no contempla una sola dimensión como conductora de los procesos de vulnerabilidad y exclusión, sino diferentes aspectos del desarrollo humano.
Esta multidimensionalidad es lo que permite hablar de forma diferenciada de pobreza y exclusión social. Como ha planteado Cabrera (2002), hablamos de pobreza cuando nos referimos principalmente a la privación de recursos materiales y económicos, mientras que utilizamos exclusión social cuando queremos incluir la ausencia de participación en la esfera no sólo económica, sino política, cultural y social, es decir, cuando se carece de los derechos de ciudadanía. Además, hace referencia a las dinámicas dentro/fuera de la sociedad en la participación de las personas y grupos en distintas esferas de integración, como son el mercado de trabajo, las relaciones sociales y familiares o la vivienda (García Laso, 2003). Más concretamente estas dimensiones que componen la exclusión social son: