Castellano, pregunta formulada por astridchavez262, hace 1 mes

me puede mandar un cuento inventado por favor es para hoy​

Respuestas a la pregunta

Contestado por a01971
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Respuesta:

La mejor decisión

Carlitos era un niño muy pequeño, lento y torpe, y aunque siempre se esforzaba era muy malo en los deportes. No tenía amigos y siempre estaba solo, y los demás niños de su calle le llamaban “tonto”. Jugaba en los columpios todas las tardes, y eventualmente, siempre llegaba alguien a molestarle.

Pues sí que tienes la frente grande…, y no sabes lanzar ni un balón —le decían todo el tiempo para molestarle.

Sin embargo, él, que era muy paciente, les sonreía de modo que estos niños se aburrían y se iban.

Pero uno de ellos era más pesado de lo normal, y no perdía la oportunidad de humillar al pobre Carlitos. Su nombre era Joaquín, y era tan grande y fuerte como una muralla. No había en todo el parque un niño que le enfrentara. Por alguna razón, no hacía otra cosa que molestar a Carlitos, y amenazaba a los demás niños para que no hablasen con él.

¡Quien se atreva a con Carlitos hablar, mi puño descubrirá! – decía Joaquín.

Y como en el parque le tenían mucho miedo, no se atrevían a desafiarlo y Carlitos jugaba solo en sus columpios día tras día. Pero no sólo hacía que todos de él se alejaran, sino que además, Joaquín, le lanzada balones de futbol a la cara y lo empujaba cada vez que pasaba junto a él. A pesar  de eso, el dulce Carlitos nunca perdía la paciencia.

Todo eso, hasta que un día, Joaquín fue demasiado lejos empujando muy fuerte el columpio  de Carlitos. El pequeño niño salió volando, tanto, que cayó al suelo rompiéndose las gafas. En uno de sus bracitos también sentía algo de dolor.

Solo entonces, finalmente, Carlitos comenzó a llorar:

¡Miren todos, Carlitos es un llorón! —gritó Joaquín, al ver sus lágrimas brotar.

Carlitos salió corriendo mientras todos se reían, y juró que nuca más regresaría a ese parque. Y así fue, porque nunca nadie volvió a verlo en el parque e incluso corrieron rumores de que su familia se había mudado a otra parte.

Pasados los años, tanto Joaquín como Carlitos crecieron y cada uno hizo su vida por su lado. Pero un día, Joaquín tuvo un accidente con su bici. Justo antes de una curva se distrajo, y sin darse cuenta, tropezó con un palo. Intentó ponerse de pie, pero el tobillo le dolía demasiado, incluso tenía en la pierna un enorme bulto morado.

No había nadie cerca que le pudiese ayudar, lo que hizo que Joaquín desesperase. Comenzó a llorar con fuerza pero nadie parecía escucharle, hasta que a lo lejos vio a un niño que se acercaba. Joaquín no podía creer lo que estaba viendo: ¡era Carlitos!

Joaquín, ¿te ocurrió algo malo? —preguntó Carlitos ofreciéndole la mano.

¿Tú no te habías mudado? —respondió Joaquín tomándole la mano.

Carlitos le ayudó a levantarse y le preguntó cómo podía ayudarle. «¿Por qué se portaba tan bien este niño con él, después de todo lo que le había hecho? ¿No recordaba el empujón del columpio?»

¿Qué es lo que planeas? ¿Acaso no recuerdas que hace unos años me burlé de ti y te llamé “llorón”?

Entonces Carlitos reventó de la risa mientras le daba a su compañero una palmada en la espalda:

Hay dos clases de personas en este mundo: las que cuando son heridas quieren hacerse más fuertes y las que pierden el rumbo.

Joaquín, muy sorprendido, comprendió las palabras de Carlitos. De hecho, viéndole de esa forma, casi le parecía un héroe.

Aun así, ahora estás ayudándome…

Que tú hayas sido malo conmigo, no quiere decir que yo tenga que serlo con nadie.

Fue en ese momento cuando Joaquín entendió lo fuerte que era Carlitos a pesar de ser pequeño. Y así, de repente, sin mediar palabra, le pidió que fueran amigos.

Adjuntos:

astridchavez262: muchas gracias
a01971: ok coronita
astridchavez262: como se puede dar corona para darle una corona a usted
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