Castellano, pregunta formulada por Usuario anónimo, hace 6 meses

me podrian crear un cuento corto sobre la libertad​


guapera202017: Al entrar en la jaula del tigre, el chiflado pintor comenzó a susurrarle a la oreja, al tiempo que movía su seco pincel arriba y abajo sobre el animal. Y sorprendiendo a todos, la piel del tigre comenzó a tomar los colores y tonos más vivos que un tigre pueda tener. Estuvo Chiflus mucho tiempo susurrando al gran animal y retocando todo su pelaje, que resultó bellísimo.

Todos quisieron saber cuál era el secreto de aquel genial pintor. Chiflus explicó cómo su pincel sólo servía para pintar
guapera202017: el tigre con una única frase que susurró a su oido continuamente: "en sólo unos días volverás a ser libre, ya lo verás".

Y viendo la tristeza que causaba al tigre su encierro, y la alegría por su libertad, los responsables del zoo finalmente lo llevaron a la selva y lo liberaron, donde nunca más perdió su color.
guapera202017: un placer de ayudar bay
guatamarodriguezmari: Ana Frank nació en la ciudad alemana de Fráncfort en 1929. Por aquella época en el país había mucha pobreza y mucha gente sin trabajo. Además, Adolf Hitler ganaba cada vez más apoyo entre los ciudadanos. La familia de Ana era judía, pueblo con el que Hitler quería terminar.
Santiagovaldes7096: (・∀・)
guatamarodriguezmari: Había una vez una selva en la que gobernaba un león tirano y avaricioso que tenía sometidos a todos los animales. Ni siquiera sus consejeros y ministros leones estaban de acuerdo con él, pero por temor a su ira obedecían y hacían cumplir las normas y los castigos.
guapera202017: ¿?

Respuestas a la pregunta

Contestado por tababolanosmariacami
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Respuesta: Esta es la historia de un loro muy contradictorio.

Desde hacía un buen número de años vivía enjaulado y su propietario era un anciano al que el animal hacia compañía.

Cierto día, el anciano invitó a un amigo a su casa a deleitar un sabroso té de cachemira. Los dos hombres pasaron al salón donde, cerca de la ventana y en su jaula, estaba el loro. Se encontraban los dos hombres tomando té, cuando el loro comenzó a gritar insistente y vehementemente: ¡Libertad! ¡libertad! ¡libertad!.

No cesaba de pedir libertad. Durante todo el tiempo que estuvo el invitado en la casa, el animal no dejo de reclamar libertad. Hasta tal punto era desgarradora su solicitud, que el invitado  se sintió muy apenado y ni siquiera pudo terminar de saborear su taza. Estaba saliendo por la puerta y el loro seguía gritando: "¡Libertad, libertad, libertad!.  

Pasaron dos días. El invitado no podía dejar de pensar con compasión en el loro. Tanto le atribulaba el estado del animalito que decidió que era necesario ponerlo en libertad. Tramó un plan. Sabía cuando dejaba el anciano su casa para ir a efectuar la compra. Iba a aprovechar es ausencia para liberar al pobre loro.

Un día después, el invitado se apostó cerca de la casa del anciano y, en cuanto lo vio salir corrió hacia su casa, abrió la puerta con una ganzúa y entró en el salón donde el loro continuaba gritando: "Libertad, libertad, libertad!. Al invitado se le partía el corazón. ¿Quién no hubiera sentido piedad por el animalito? Presto, se acercó a la jaula y abrió la puertecilla de la misma. Entonces el loro, aterrado, se lanzó al lado opuesto de la jaula y se aferró con su pico y uñas a los barrotes de la jaula negándose a abandonarla.  

El loro seguía gritando ¡Libertad, libertad, libertad!

Como ese loro, son muchos los seres humanos que dicen querer madurar y hallar la libertad interior, pero que se han acostumbrado a su jaula interna y no quieren abandonarla.

Explicación:espero te sirva

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