ME LO PUEDEN RESUMIR PORFA-
EL PÁJARO DE FUEGO
Era un pájaro bellísimo, de color tan rojo que
parecería una llamarada volando por el aire. Si
se paraba en un alero el dueño de la morada
inmediatamente salía gritando:
—¡Auxilio ¡Hay fuego en el techo de mi casa …! Y
al punto le arrojaban chorros de agua , con lo cual
aquella llama viva se lanzaba otra vez al cielo.
Si se paraba sobre un granero, los ratones se
llevaban el susto más grande de su vida.
—¡Sálvese quien pueda!¡Ha caído una brasa en
el granero!¡Pronto comenzará el incendio…! Y
escapaban despavoridos.
Una vez se lo vio bajar hasta el borde del río, tocar
el agua y levantarse de nuevo. Entonces se lo creyó
una brasa encantada, pues tocaba el agua y no se
apagaba además de tener la virtud de volar.
Pero aquel pájaro maravilloso no creía ni
remotamente estar hecho de fuego y más
bien el soñaba con parecerse a una flor, que él
conceptuaba como la encarnación de la belleza.
—Yo soy la flor del aire. Mi tallo es tan largo como
el hilo de un volador y me permite ir a donde
quiero
—Decía alegremente.
Pero los demás pájaros no creían en su tallo
imaginario, además de que sus formas no tenían
nada de común con la flor.
—¿Dónde se ha visto una flor con pico? Decían.
—¿Y una flor que cante…?
El pájaro encendido escapaba entonces de tantos
incrédulos y se daba a vagar, ardiendo por los aires.
Un día se dijo: “Me posaré sobre un árbol seco y lo
alegraré con mis colores. El sí creerá que soy una
flor”.
Y se sentó sobre un ceibo partido por un rayo.
Allí, rojo y vistoso, parecía una extraordinaria flor
“2021 Año por la recuperación del derecho a la educación”
Ministerio de Educación
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encarnada. Abrió las dos alas radiantes y las elevó
a los cielos semejando entonces una flor bipétala.
Su identidad era perfecta, pero le faltaba una
cosa: el perfume.
Se dejó caer entonces sobre unas flores silvestres
que crecían al pie del árbol y aleteo sobre ellas un
largo rato. Cuando se consideró suficientemente
perfumado, voló de nuevo a la punta del ceibo y
adoptó la posición anterior, mejorándola todavía,
pues se paró sobre una sola patita, que se
semejaba muy bien el tallo de una flor.
Estuvo así muchas horas seguidas y empezó a
sentir hambre.
En esto se presentó una mariposa, dispuesta a
libar la miel de la supuesta flor. El pájaro se la tragó
en un santiamén y volvió a quedar inmóvil.
—¿Qué flor tan extraña es esa, que se traga a
nuestra hermana? – dijeron las demás mariposas
asombradas.
—Vamos a averiguar lo que pasa – una tras otras
volaron hacia el pájaro y corrieron la misma suerte.
Todos los insectos se alarmaron ante aquella
flor carnicera que se alimentaba de mariposas,
pero el pájaro estaba radiante. Y después de
saciar su apetito cogió una mariposa azul y se la
colocó al cuello de collar. Luego se puso a cantar
alegremente, olvidándose de su oficio de flor.
—¡Pero qué raro! Es una flor musical – dijo una
avispa.
—No es ella la que canta. Tiene un grillo en el
corazón – contestó la libélula.
— Eso es absurdo –dijo la langosta.
—¡Y qué perfume tan exquisito…! – siguió diciendo
la libélula.
—¡Y qué color…!¡Si parece un lucero…!
—Bueno, está flor se parece a muchas cosas.
Iremos a examinarla…– dijeron las avispas
desconfiadas.
Volaron sobre “la flor” y la rodearon.
—Libaremos su miel, que debe ser deliciosa…
Pero apenas se acercó la primera avispa, el pájaro
levantó el pico y esta retrocedió asombrada.
—¡Vengan todas!¡No es una flor, sino un pájaro
disfrazado…!
— ¡Hay que matarlo a flechazos!¡Es un peligro
impostor!
Y las avispas desenvainaron sus espadas y se
lanzaron sobre el ave. En ese momento el ceibo se
estremeció, como volviendo de otra vida, y habló
así.
— ¡Hermanas avispas, no sacrifiquen a esa flor
bellísima…!
Las atacantes pararon el asalto y se miraron unas a
otras llenas de sorpresa.
— ¡El árbol muerto ha revivido! – exclamaron a
coro.
—¡Y esa flor extraordinaria fue quien hizo el
milagro de resucitarme!-confesó el ceibo viejo.
—¡Pero si no es una flor, sino un pájaro disfrazado…!
—Aunque así sea. Él me revivió con una mentira
piadosa. Al sentirlo en mis ramas creía que era una
flor mía y me dije jubiloso: ”Aún puedo florecer”.
Entonces la vida comenzó a circular otra vez por
mis gajos muertos. Y aquí me tienen nuevamente,
cubierto de flores…
Y en efecto el ceibo repentinamente se había
llenado de grandes flores rojas tan grandes como
el pájaro.
—Te perdonamos todo por haber resucitado
una vida con solo una hermosa mentira –dijeron
entonces las avispas guardando sus aguijones, y se
dedicaron a libar la miel de las nuevas flores del
ceibo.
Fuente: Antología de Literatura Infantil y Juvenil
Respuestas a la pregunta
Contestado por
2
Respuesta:El cuento relata la historia del príncipe Iván; que en su deseo de descubrir quién es el ladrón de las manzanas de oro de su padre, emprende un camino en el que se enfrenta a un lobo, que luego de matar a su caballo, le ofrece ayuda en su travesía. Descubre que es el Pájaro de Fuego quien toma las manzanas de oro.
Explicación:
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