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Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los intereses de las potencias europeas eran de apoderarse de su territorio a si mismo robarlo un poco de fortuna al país argentino:)
Explicación:
Respuesta:Agro-exportaciones versus Industrialización
La posición de Argentina dentro del esquema económico mundial trascendía la
producción agropecuaria para extenderse al campo más amplio de la producción de
alimentos para el mercado mundial. En el proyecto económico sostenido por los sucesivos
gobiernos estaban incluidas algunas ramas industriales que elaboraban productos primarios
que no se podían elaborar en el continente europeo. De este modo la expansión de dichas
ramas industriales se basaba, al igual que en el caso de la producción primaria, en la
demanda externa. La combinación de materias primas abundantes y de bajo costo con una
demanda en expansión, creaba las condiciones para el desarrollo de grandes unidades de
producción que no requerían protección aduanera y suscitaba la presencia de inversión
extranjera, apoyada en el dominio de los recursos financieros y tecnológicos y en cierto
sentido en el control político de la demanda externa.
En resumen, el proyecto económico dominante hasta 1930 estaba sustentado
claramente en la alianza del sector agropecuario local con Inglaterra, a la que se sumaban
los comerciantes de importación de ese origen. No sólo eso, esta concepción estaba
también sólidamente enraizada en los partidos políticos, desde el conservador y el radical
hasta el socialista. En los dos primeros casos la justificación del esquema se basaba en la
defensa de los productores agropecuarios y su mercado. Hasta 1916 la Unión Cívica
Radical no difería demasiado del oficialismo en cuanto a la visión del papel que le
correspondía jugar al Estado dentro del prevaleciente clima de liberalismo económico,
mientras que en el caso del partido socialista la invocación se centraba en la defensa de los
consumidores y en la defensa del poder adquisitivo de sus salarios.
Sin embargo, sería erróneo pensar que esta alianza entre los intereses particulares y
las políticas públicas actuaba sin impedimentos. Diversas tendencias internas y externas
comenzaron, a principios del siglo XX, a ejercer una persistente oposición a esta concepción
de política económica para Argentina. Por un lado, debemos destacar la oposición iniciada
por una capa de empresarios industriales ubicados en ramas distintas a las de elaboración
de productos del agro. Este sector se desarrolló (con dificultades) antes, durante y después
de la primera guerra europea. Aún cuando carecía de expresión en el ámbito político
partidario, este sector se manifestaba en forma corporativa a través de la Unión Industrial
Argentina (UIA) y la Confederación Argentina del Comercio, la Industria y la Producción
(CACIP).
Por otro lado, firmas norteamericanas y de otras naciones europeas hacían sentir
su presencia cada vez más activa disputando la primacía a las empresas de origen británico.
En particular, Estados Unidos incrementó su influencia en nuestro país a partir de la Primera
Guerra ocupando el primer lugar en las importaciones argentinas. Podría pensarse que esta
circunstancia, en realidad, consolidaba el esquema importador del país sin afectar la
limitación estricta de la actividad industrial a la producción de alimentos. Pero no fue así: la
expansión norteamericana en el comercio argentino de importación requería de la presencia
de inversiones en el país a fin de facilitar la colocación de sus productos. La orientación de
estas inversiones tuvo una dirección marcadamente diferente a la que habían tenido las
inversiones británicas.
Ello se debió a que los capitales norteamericanos llegaron a la Argentina en
momentos en que los rubros tradicionales de inversión (ferrocarriles y demás servicios
Explicación: