me ayudan doy coronita puntos y corazón
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
EN RELACIÓN A LOS 10 MANDAMIENTOS :
Decide concentrarte en lo bueno de las situaciones y las personas… Es fácil ver lo malo, pero nuestra concentración debe estar en las virtudes, en las posibilidades. Lo que más vemos, pensamos y hablamos determina nuestra vida. Piensa, habla y ve lo bueno.
Habla menos… Generalmente nos arrepentimos de lo que hablamos de más, no de lo que callamos. Además esto último se resuelve fácilmente.
Cumple tus promesas… La confianza se gana a través de experiencias en las que hicimos lo que prometimos; cuídate de cumplir las pequeñas y grandes promesas y los demás confiarán en ti sus pequeñas y grandes oportunidades y tesoros.
Mantente dando… Lo que sembramos cosechamos; quien vive dando, vive recibiendo. Da a los demás de tu tiempo, cariño, conocimiento, dinero y amistad. Cada vez que recibas algo, comparte con alguien una porción, así mantendrás abierta la llave de las bendiciones.
Considera la posibilidad de estar equivocado… Sé flexible ante tus ideas; recuerda que quien disiente de ti no es tonto, posee información, intereses o una perspectiva distinta a la tuya.
Rompe tus rutinas… Toma otra ruta para ir al trabajo; siéntate a la mesa en otro lugar; lee sobre un tema que no leerías; platica con alguien que no acostumbras hacerlo.
Ten en cuenta tu misión principal… Anota en varias hojas cuál es tu razón de vivir, tu anhelo mayor; guarda una en tu escritorio, otra en tu cartera o bolso y otra en tu hogar. Cuando las encuentres, pregúntate si estás caminando hacia allá.
Persevera… No importa las circunstancias, persevera, persevera, persevera; y cuando te canses, persevera.
Expresa amor a los tuyos… Abraza a tus hijos, besa a tu pareja, escríbeles una nota, diles textualmente “te amo” y escúchalos. Nadie nos enamoramos de lo que otro siente por nosotros, sino de cómo expresa lo que siente.
No permitas que pase un día sin platicar con Dios… Nadie te ama más, nadie te perdona tanto, nadie te da tantas oportunidades, nadie está dispuesto a escucharte siempre y nadie ha dado su vida por ti, sólo Cristo. Compártele tus deseos, necesidades y gratitud.