Me ayudan con esto?
Características y estructura del ensayo Todos santos, día de muertos de Octavio Paz
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
«Todos Santos, Día de Muertos»
El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos. En pocos lugares del mundo se puede vivir un espectáculo parecido al de las grandes fiestas religiosas de México, con sus colores violentos, agrios y puros y sus danzas, ceremonias, fuegos de artificio, trajes insólitos y la inagotable cascada de sorpresas de los frutos, dulces y objetos que se venden esos días en plazas y mercados. Nuestro calendario está poblado de fiestas.
Ciertos días, lo mismo en los lugarejos más apartados que en las grandes ciudades, el país entero reza, grita, come, se emborracha y mata en honor de la Virgen de Guadalupe o del general Zaragoza. Durante los días que preceden y suceden al 12 de diciembre, el tiempo suspende su carrera, hace un alto y en lugar de empujarnos hacia un mañana siempre inalcanzable y mentiroso, nos ofrece un presente redondo y perfecto, de danza y juerga, de comunión y comilona con los más antiguo y secreto de México. Pero no bastan las fiestas que ofrecen a todo el país la Iglesia y la república. Los barrios y los gremios tienen también sus fiestas anuales, sus ceremonias y sus ferias.
Son incalculables las fiestas que celebramos y los recursos y tiempo que gastamos en festejar. «A unos tres mil pesos anuales. Por eso el señor gobernador y la Federación nos ayudan cada año a completar nuestros gastos.» «¿Y en qué utilizan esos tres mil pesos?» « Pues casi todo en fiestas, señor. » Nuestra pobreza puede medirse por el número y suntuosidad de las fiestas populares.