María es una pequeña ayacuchana de 6 años, quechuahablante, que vive en el campo con cuatro hermanos y su madre, único sostén de la familia, que los mantiene a todos con un dólar diario. ¿Qué posibilidades tiene esta niña de convertirse en una abogada prominente o en una catedrática universitaria? No muy altas, por cierto, y según el último informe del Banco Mundial sobre igualdad de oportunidades, tiene muchísimas menos opciones de alcanzar el éxito en la vida que un niño limeño, de su misma edad, cuyos padres cuentan con mejores ingresos y secundaria completa. Si lo analizamos con frialdad, la situación es injusta y desesperante: millones de niños peruanos están impedidos de realizarse y ser productivos para la sociedad por factores que van más allá de su control. El destino está marcado para ellos por culpa de su raza, género, lugar de nacimiento, educación de sus padres, idioma o número de hermanos.
El estudio del Banco Mundial, muy bien presentado por el economista Jaime Saavedra en Perumín 2009, demuestra que, en el Perú, los índices de Igualdad de Oportunidades son todavía bajos. Esto quiere decir que el acceso a la educación de calidad, el suministro de agua potable, la luz y la atención médica, indispensable para el desarrollo de cualquier ser humano, es muy malo cuando la población es indígena, quechuahablante, rural, etc.
Estamos, entonces, ante una situación bastante compleja porque pareciera que nos hemos acostumbrado, como sociedad, a tolerar la existencia de pobres siempre condenados a la necesidad y al fracaso. N o importa mucho si María nació con grandes talentos, o si se esfuerza por alcanzar sus metas, o si toma buenas o malas decisiones en su vida. Las estadísticas demuestran que sus posibilidades de éxito no dependen de sí misma, y su fracaso como individuo productivo va a ser una carga para la sociedad.
Obviamente, el primer llamado a igualar la cancha para que todos los niños tengan las mismas oportunidades es el Estado, a través de políticas públicas coherentes y bien focalizadas. No se trata de dar limosnas, sino de ofrecerles a María y a sus hermanos la posibilidad de que su éxito como persona dependa de sí misma y de sus ganas de salir adelante.
Patricia del Río. Perú21. 18 setiembre 2009
1. La expresión “igualar la cancha” alude al hecho de que
a. en la sierra hay muchos desniveles.
b. existen desigualdades sociales.
c. la costa es un lugar plano, mientras que la sierra es montañosa.
d. hay que poner a todos al mismo nivel del mar.
2. Señala la idea principal del texto.
a. Un niño andino tiene menos oportunidades de triunfar que un niño limeño.
b. La población indígena goza de muy malos servicios públicos.
c. millones de niños peruanos no llegan a realizarse ni a ser productivos socialmente debido a factores que escapan a su control.
d. El Estado no ha igualado la cancha para todos.
3. ¿Cuál es la intención del texto?
a. Informar
b. Entretener
c. Convencer
d. Desinformar
4. El texto es
a. informativo
b. argumentativo
c. descriptivo
d. científico
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1.-B
existen muchas desigualdades sociales
2.-c
3.- a
4.-b
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