Mal uso de redes sociales a nivel mundial 2010 a 2015 .
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Mal uso de redes sociales afecta a niños y adolescentes
Agredir a una persona por su apariencia, personalidad, posición económica y demás, al punto de afectar su autoestima, es lo que se conoce como bullying. Cuando esta agresión se da a través de las redes sociales entre jóvenes de la misma edad se convierte en cyberbullying, según Diego Jaramillo, docente de la Universidad de los Hemisferios en Quito, quien dio una conferencia hace un par de semanas, para docentes de colegios en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo.Él considera que la existencia de redes sociales y el desarrollo de la tecnología no son el problema, sino el mal uso de estas herramientas que ponen en riesgo la integridad de los adolescentes que no se dan cuenta que están exponiendo su intimidad y seguridad. “Cada vez se registran en Google alrededor de 2,7 billones de búsquedas, lo que significa que los niños tienen acceso a un sinnúmero de información y a cada instante, por lo que tanto padres como docentes deben estar alerta”, indicó Jaramillo.Este experto materializó la idea de lo vulnerables que están los niños que tienen cuentas en redes sociales sin seguridad a la privacidad, a través de la proyección de una campaña mediática en Reino Unido que se realiza actualmente.
Derivaciones
El sexting es otro de los problemas que se presentan en Twitter y Facebook, las redes sociales más usadas a nivel mundial. Este consiste en mostrar fotos en ropa interior o sin ropa. “En el lenguaje de los jóvenes hay hasta un juego a base de esto que se llama ‘cambiar cromos’ y consiste en intercambiar fotografías de chicas que muestran su cuerpo”, explica.Otro problema es el grooming, como se denomina a la interacción entre un niño y una persona mayor que se hace pasar por niño. “La mayoría de veces esto no termina en abuso o acoso sexual, el adulto se satisface solo con las imágenes que ve del niño o niña”.Para él, la solución es que exista más control sobre las redes sociales, principalmente por parte de los padres, y de manera complementaria por los docentes, y controlar incluso el uso de celulares.“No olvidemos que los chicos se forman por lo que ven, escuchan y se les dice, por eso debemos trabajar en equipo: padres, institución y docente; y recordar que somos padres o profesores, no sus amigos”, concluye Diego.Él es colombiano, llegó a Ecuador hace 17 años y vivió en Guayaquil por 13, ahora radica en Quito. Lleva 25 años en la docencia. (F)
CÓMO NOS PERJUDICA ABUSAR DE ELLASUn estado de conexión permanente "provoca inquietud, falta de concentración y alteraciones del ánimo", asegura la psicóloga Begoña Carbelo. Hay gente que no es capaz de desconectar nunca y la idea de pasar tan solo un día sin poder acceder a sus perfiles para actualizarlos o para 'ponerse al día' les parece algo totalmente imposible.Cuando llegamos a este extremo, es más que probable que tengamos un problema que a la larga terminará afectando a nuestro día a día. "Si una persona no es capaz de renunciar y centrarse en otras cosas, puede verse afectada su capacidad para disfrutar", advierte la psicóloga. Pero además, también puede deteriorase nuestra capacidad para estar con otras personas y para relacionarnos.Como consecuencia de todo lo anterior, aquellos que han desarrollado un alto grado de dependencia de las redes sociales, pueden terminar sufriendo estados de ansiedad y estrés que, en muchas ocasiones, lleguen incluso a alejarlos de la felicidad. Y es que, en el peor de los casos "al final de de la ansiedad suele estar la depresión", añade Begoña Carbelo.
Agredir a una persona por su apariencia, personalidad, posición económica y demás, al punto de afectar su autoestima, es lo que se conoce como bullying. Cuando esta agresión se da a través de las redes sociales entre jóvenes de la misma edad se convierte en cyberbullying, según Diego Jaramillo, docente de la Universidad de los Hemisferios en Quito, quien dio una conferencia hace un par de semanas, para docentes de colegios en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo.Él considera que la existencia de redes sociales y el desarrollo de la tecnología no son el problema, sino el mal uso de estas herramientas que ponen en riesgo la integridad de los adolescentes que no se dan cuenta que están exponiendo su intimidad y seguridad. “Cada vez se registran en Google alrededor de 2,7 billones de búsquedas, lo que significa que los niños tienen acceso a un sinnúmero de información y a cada instante, por lo que tanto padres como docentes deben estar alerta”, indicó Jaramillo.Este experto materializó la idea de lo vulnerables que están los niños que tienen cuentas en redes sociales sin seguridad a la privacidad, a través de la proyección de una campaña mediática en Reino Unido que se realiza actualmente.
Derivaciones
El sexting es otro de los problemas que se presentan en Twitter y Facebook, las redes sociales más usadas a nivel mundial. Este consiste en mostrar fotos en ropa interior o sin ropa. “En el lenguaje de los jóvenes hay hasta un juego a base de esto que se llama ‘cambiar cromos’ y consiste en intercambiar fotografías de chicas que muestran su cuerpo”, explica.Otro problema es el grooming, como se denomina a la interacción entre un niño y una persona mayor que se hace pasar por niño. “La mayoría de veces esto no termina en abuso o acoso sexual, el adulto se satisface solo con las imágenes que ve del niño o niña”.Para él, la solución es que exista más control sobre las redes sociales, principalmente por parte de los padres, y de manera complementaria por los docentes, y controlar incluso el uso de celulares.“No olvidemos que los chicos se forman por lo que ven, escuchan y se les dice, por eso debemos trabajar en equipo: padres, institución y docente; y recordar que somos padres o profesores, no sus amigos”, concluye Diego.Él es colombiano, llegó a Ecuador hace 17 años y vivió en Guayaquil por 13, ahora radica en Quito. Lleva 25 años en la docencia. (F)
CÓMO NOS PERJUDICA ABUSAR DE ELLASUn estado de conexión permanente "provoca inquietud, falta de concentración y alteraciones del ánimo", asegura la psicóloga Begoña Carbelo. Hay gente que no es capaz de desconectar nunca y la idea de pasar tan solo un día sin poder acceder a sus perfiles para actualizarlos o para 'ponerse al día' les parece algo totalmente imposible.Cuando llegamos a este extremo, es más que probable que tengamos un problema que a la larga terminará afectando a nuestro día a día. "Si una persona no es capaz de renunciar y centrarse en otras cosas, puede verse afectada su capacidad para disfrutar", advierte la psicóloga. Pero además, también puede deteriorase nuestra capacidad para estar con otras personas y para relacionarnos.Como consecuencia de todo lo anterior, aquellos que han desarrollado un alto grado de dependencia de las redes sociales, pueden terminar sufriendo estados de ansiedad y estrés que, en muchas ocasiones, lleguen incluso a alejarlos de la felicidad. Y es que, en el peor de los casos "al final de de la ansiedad suele estar la depresión", añade Begoña Carbelo.
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