lugar donde se encarcelaba a los políticos desde hace siglos y representaba el poderío de la corona
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El evento político más importante de la historia es sin duda la Revolución Francesa. A finales del siglo XVIII Francia era gobernada por Luis XVI. Francia se encontraba sumida en el más profundo absolutismo de la época. Existían varios motivos de inconformidad del pueblo hacia la clase gobernante: Abuso en el ejercicio del poder, privilegios para el Clero y la Nobleza en el sistema tributario, dispendio en el gasto público por parte de la Corona, entre otras razones. Al generar todo esto un ambiente de crispación política, el abúlico Luis XVI convoca a los Estados Generales (una asamblea tripartita donde se representaba el Clero, la Nobleza y el Pueblo) mismos que no habían sido convocados en 175 años, y que solamente se convocaban cuando una crisis política de esta magnitud amenazaba la estabilidad política del reino.
Las ideas de la Ilustración habían influido profundamente a la burguesía de la época. Un pueblo preparado no se deja engañar por su clase gobernante. A la apertura de los Estados Generales acudieron los integrantes de los tres estados a debatir la situación en que se encontraba el Reino. Una crisis económica, derivada de una profunda sequía había mermado la producción agrícola, y como consecuencia había traído, además de carestía, una baja recaudación fiscal. El Rey, a través de su Ministro de Hacienda Jacques Necker optó por continuar con medidas económicas que se estimaban adversas al pueblo, exentando de impuestos a las clases privilegiadas que eran el Clero y la Nobleza, manteniendo un excesivo ritmo de gasto. Todo esto aunado a que no se reconocía como mayoría a los miembros del Tercer Estado, por una trampa en el proceso parlamentario. Esto desde luego generó la inconformidad de los representantes del pueblo.
Siguieron a estas asambleas distintos eventos como el Juramento del Juego de Pelota (ya mencionado en mi participación editorial anterior) en el cual, los representantes del pueblo, al verse privados de la facultad de usar un salón de debates por órdenes del Rey, determinan reunirse en un salón de juego de pelota para jurar una nueva Constitución. Si bien la Revolución no se hizo de la noche a la mañana, sino que requirió de una serie de eventos y sucesos relacionados entre sí, muchos historiadores estiman la Toma de la Bastilla como el inicio de la Revolución Francesa (muchos otros estiman la asamblea de los Estados Generales como el inicio). El 14 de Julio de 1789, dentro de ese ambiente de inestabilidad política que imperaba en la Francia borbónica, el pueblo tomó La Bastilla, que años antes había sido una prisión donde se encarcelaba a los presos políticos, y por tanto, la toma de este fuerte representaba simbólicamente la caída del régimen de abusos cometidos durante la monarquía absoluta.
La Toma de la Bastilla representa un nuevo rumbo en el proceso democrático de distintos países en el mundo. El pueblo, harto de la situación a la que era sometido por Versalles, decidió lanzarse a las calles a hacer la Revolución. Con este suceso histórico se da inicio a una nueva etapa en la historia universal. La libertad y la igualdad han sido banderas que los regímenes democráticos han enarbolado a partir de ese verano de 1789. El pueblo en su sabiduría se rebeló en contra de lo que estimaba era injusto. En su momento, quienes participaron en esa lucha fueron catalogados como agitadores, sin embargo al paso de los años, y debido al triunfo de las posturas revolucionarias son vistos ahora por la historia como próceres de la libertad. Coincido absolutamente con esta clasificación.
Este suceso es un parteaguas en la historia, no solamente de Francia sino de toda la humanidad. Es un referente obligado del desarrollo democrático de los países; es la celebración de la libertad y de la igualdad y especialmente un recordatorio de que nada ni nadie debe estar por encima de la voluntad popular. Es la historia de un pueblo subyugado que se libera de sus opresores a través de la fuerza de las armas, pero sobre todo a través de la fuerza de las ideas.
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