Los principales aporte de la sociedad europea y haga un resumen de los aspectos mas importantes
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Resumen
La racionalidad y la ciencia, el Estado y el arte, la burocracia y el funcionario especializado, el derecho formal, el Parlamento, son “fenómenos culturales” propios del desarrollo de la Europa Occidental y que han adquirido hoy universal alcance y validez. Este documento pretende analizar no la UE sino el papel histórico de Europa en el mundo, la primera (y hasta el momento única) región y cultura (o civilización) que ha tenido y sigue teniendo alcance universal. Esto obliga a adoptar un singular punto de vista: el que Max Weber llamaba “punto de vista histórico-universal”, el único válido en un mundo globalizado como el actual en el que todas las historias regionales han confluido por primera vez en una única historia universal. Se trata de ver el mundo, y a Europa en él, desde el punto de vista de la historia de la humanidad. Tras repasar la historia de la europeización del mundo, se analiza el actual mundo post-europeo para terminar por considerar que el mundo está, a su vez, poderosamente europeizado.
Análisis
Hace poco más de un siglo, y casi al comienzo de La ética protestante, primera entrega de su magna tetralogía sobre las religiones y concepciones del mundo, el gran sociólogo alemán Max Weber avanzaba una afirmación que hoy es aún más actual, y oportuna. Decía Weber:
“Cuando un hijo de la moderna civilización europea se dispone a investigar un problema cualquiera de la historia universal, es inevitable y lógico que se lo plantee desde el siguiente punto de vista: ¿qué serie de circunstancias han determinado que precisamente sólo en Occidente hayan nacido ciertos fenómenos culturales, que… parecen marcar una dirección evolutiva de universal alcance y validez?”.
Esos “fenómenos culturales” no son sólo el capitalismo, como Weber indica más adelante. La racionalidad y la ciencia, el Estado y el arte, la burocracia y el funcionario especializado, el derecho formal, el Parlamento, son “fenómenos culturales” también, propios del desarrollo de la Europa Occidental, y que han adquirido hoy universal alcance y validez.
Eso es lo que pretendo analizar, no la UE sino el papel histórico de Europa en el mundo, la primera (y hasta el momento única) región y cultura (o civilización) que ha tenido y sigue teniendo alcance universal. Lo que nos obliga a ponernos en un singular punto de vista: el que el mismo Weber llamaba “punto de vista histórico-universal”, el único válido, por cierto, en un mundo globalizado como el actual, en el que todas las historias regionales han confluido por primera vez en una única historia universal. Ver el mundo, y a nosotros en él, desde el punto de vista de la historia de la humanidad.
Pero el objeto de esa observación es Europa, y hablar de Europa es, inevitablemente de su historia y de su geografía. Cuanta más ciencia social estudio más me convenzo de dos grandes ideas. Por una parte, que las sociedades, al igual que los individuos, son su historia, tienen una fuerte dependencia de senda y su pasado marca claramente las opciones de futuro. La segunda gran idea, que se remonta a Montesquieu, e incluso antes, a Ibn Jaldún, es que la historia es en buena medida geografía, pues esta marca un horizonte natural de posibilidades dentro del que se tienen que adaptar las sociedades. Ambas ideas son especialmente relevantes al hablar de Europa.
Bismarck aseguraba que Europa es geografía y nada más. Es exagerado, pero hablar de Europa es sin duda hacerlo de un pequeño pero complejo continente formado por al menos tres o cuatro penínsulas y algunas islas, en el extremo occidental del continente euroasiático, aislado del resto del mundo por el océano Atlántico al Oeste, el mar Mediterráneo y el desierto del Sahara al Sur, y las estepas y tundras asiáticas al Este, y débilmente conectado con Asia y África por el corredor de los Balcanes y el Cáucaso. Aislado pues por dos fronteras, que siguen siendo fronteras vivas, la del Este y la del Sur, conflictivas siempre, y de nuevo ahora. No es pues de sorprender que ese microcosmos de pueblos, aislados del resto pero también entre ellos, acabara proyectándose por el mar hacia el Oeste.
Lo que nos devuelve de la geografía a la historia, la historia de la europeización del mundo, que es lo primero que me propongo analizar. Antes de pasar a analizar el actual mundo post-europeo, que será la segunda parte de mi intervención. Pero un mundo al tiempo poderosamente europeizado, que será la tercera y última parte de este documento.
Pues la paradoja –y lo adelanto– es que ha sido la europeización lo que ha permitido la emergencia de un mundo post-europeo, con el que no tenemos más remedio que lidiar.