Los oídos son tierra de nadie. En el país, rige más la absoluta impunidad auditiva. Se acepta que llenar las
orejas del vecino con crema pastelera es una conducta aberrante. Pero nadie considera ofensivos los rellenos
intangibles: el audio que desborda decibeles, el partido dominguero que el señor que lava el auto ofrece
generosamente al vecindario, el rumor de los televisores de los bares,
El silencio se ha convertido en un intruso que todo ciudadano debe expulsar de su vida. Y el que se atreva,
como en mi caso, a reivindicarlo como un derecho elemental, será tildado de amargo, insociable, deprimido o
resentido.
"Ya tendrás tiempo de tener silencio en el cementerio" alegan los ruidosos, convencidos de que el ruido es la
manifestación vital por excelencia. Puras mentiras. El útero es un refugio tapizado de algodón para que el niño
pueda crecer sin el sobresalto de las bocinas y de la odiosa radio de los taxistas.
Pero a estas razones los partidarios del estruendo contraponen una que suponen más fuerte: los oídos no tienen
parpados, lo que sería una señal de que son basureros en los que se pueden depositar desechos sonoros las 24 hs.
Quizás, por eso, mi vecino de arriba se baja de la cama a la madrugada y camina hacia el baño con paso de
elefante. Debe tener los pies tan grandes como Dumbo las orejas, a juzgar por el temblor del cielo razo. ¿Pero a
quién puede ocurrirsele (salvo a mí) hacer algún reclamo cuando es tan gratificante tener una verdadera selva
en el medio de esta jungla de cemento?
Sí, hoy es que el silencio no tiene espacio, yo lo reclamo; es más, lo exijo de manera perentoria, Lo necesito
para estar a solas conmigo misma. Por eso, quiero que se calle el cantor (usted sabrá disculpar don Horacio
Guarany). Quiero que se calle el del bombo. Quiero que se callen todos. Y sí es verdad que sólo hay silencio en
los cementerios, ya mismo me preparo mi bolsa de dormir y parto rumbo a allí. Aunque dudo de que allí sus
oídos puedan encontrar algo de reposo. Ahora, ni siquiera hay silencio en la noche. Ya nada está en calma. Ni el
músculo duerme, ni la ambición descansa.
1 - ¿Qué defiende el autor del texto?
2-Marcar la estructura del texto (introducción, hipótesis,conclusión)
3-Reconocer en el texto alguno de los recursos argumentativos, por lo menos 5
4-Escribir una carta de lectores, tratando un tema de actualidad que involucre a toda la sociedad
me ayudan por favor
Marcusdiaz10:
te ayudo
Respuestas a la pregunta
Contestado por
1
Respuesta:
eeeee es la 4
Contestado por
2
Respuesta si eres mi nv te ayudo ok.
Explicación: saludos
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