Los intereses extranjeros y el reconocimiento de méxico lo mas importante !
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n la actualidad México cuenta con el respeto y la amistad de numerosos países, pero esto no fue así en los inicios de su vida independiente. Por el contrario, nuestro país tuvo que hacer grandes esfuerzos para que otras naciones del mundo reconocieran su existencia como país soberano y respetaransus derechos.
Tras la consumación de la independencia, España adoptó una actitud hostil hacia México. En el fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz, existía un grupo de españoles que se negaban a reconocer nuestra independencia.
Ante esta situación la Marina de Guerra Nacional, al mando del capitán de fragata Pedro Sainz de Baranda, consiguió que los españoles capitularan en noviembre de 1825, con lo que se logró consolidar la independencia de México. Sin embargo, en 1829 una expedición española desembarcó en las costas de Tamaulipas, pero fue derrotada por el ejército nacional. Después de este fracaso el gobierno español quedó convencido de que no iba a reconquistar México y en 1836 reconoció, por fin, la independencia. Debido a sus compromisos políticos con España, el gobierno de Francia tampoco reconoció oficialmente la independencia de México. No obstante, mantuvo relaciones comerciales con nuestro país, pues le interesaba comprar nuestros productos y, sobre todo, vender sus propias mercancías.
Empresarios y comerciantes franceses se instalaron en distintas ciudades, como Puebla, Veracruz, Guadalajara y México. Al igual que a muchos otros extranjeros, el gobierno les brindó facilidades para abrir sus negocios. En el aspecto económico su presencia fue positiva, pero en el terreno diplomáticodio lugar a graves problemas; tal fue el caso de la “Guerra de los pasteles”.
Aunque en la primera mitad del siglo xix Francia estaba más interesada en comerciar con México, algunos comerciantes y diplomáticos franceses comenzaron a ser atraídos por los asuntos políticos: apoyaban la idea de que en México volviera a establecerse un gobierno monárquico, como en tiempos de Iturbide, al cual ayudarían con tropas y dinero; a cambio esperaban recibir ventajas especiales para hacer negocios. Después de la independencia Inglaterra se volvió uno de los principales prestamistas de México, lo que permitió funcionar al gobierno de Guadalupe Victoria y provocó un endeudamiento que se prolongaría durante las siguientes décadas debido a que los diferentes gobiernos no tenían recursossuficientes para pagar. En 1825 Inglaterra reconoció la independencia de México y firmaron un tratado comercial por lo que llegarían a México inversionistas ingleses interesados en las minas (que se encontraban abandonadas e inundadas desde la guerra de Independencia), lo que ayudó mucho a la economía.
Estados Unidos fue uno de los primeros países que reconocieron la independencia de México. Esto era muy importante para nuestro país, pues se trataba de una república vecina que también había luchado duramente para obtener su independencia y, además, tenía una economía bastante próspera. Al igual que otras naciones como Francia, Holanda e Inglaterra, Estados Unidos estaba muy interesado en el comercio con México. Pero también algunos estadunidenses ambicionaban adquirir una porción del territorio nacional y tenían la mira puesta sobre todo en la provincia de Texas.
Desde su independencia de Inglaterra, en 1776, la población de Estados Unidos había crecido considerablemente. Hacia principios del siglo xix ya se había duplicado y continuaba en aumento, por eso en ese país había miles de personas dispuestas a colonizar nuevos territorios.
Además de apropiarse de las tierras que ocupaban los pueblos indígenas, el gobierno estadunidense compró el territorio de Luisiana a los franceses y arrebató la Florida a los españoles. De este modo sus fronteras se extendieron hasta los límites de Texas.
Texas contaba apenas con unos cuantos habitantes, por lo que el gobierno mexicano permitió que se establecieran allí algunos colonos provenientes de Estados Unidos, con la condición de que respetaran las leyes del país y fueran católicos. No tardó en llegar un gran número de inmigrantes, lo cual llevó a que hacia 1834 vivieran en Texas 30 mil angloamericanos y sólo un poco más de 3 mil mexicanos. Las diferencias entre ambos grupos eran muy marcadas. Los colonos extranjeros tenían sus propias costumbres: no hablaban español, no eran católicos y tenían esclavos (lo que iba en contra de las leyes de nuestro país). En diversas ocasiones Estados Unidos le propuso a México comprarle Texas. Pero esta propuesta fue rechazada por el gobierno porque vender una parte del territorio nacional se consideraba traición a la patria.
Tras la consumación de la independencia, España adoptó una actitud hostil hacia México. En el fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz, existía un grupo de españoles que se negaban a reconocer nuestra independencia.
Ante esta situación la Marina de Guerra Nacional, al mando del capitán de fragata Pedro Sainz de Baranda, consiguió que los españoles capitularan en noviembre de 1825, con lo que se logró consolidar la independencia de México. Sin embargo, en 1829 una expedición española desembarcó en las costas de Tamaulipas, pero fue derrotada por el ejército nacional. Después de este fracaso el gobierno español quedó convencido de que no iba a reconquistar México y en 1836 reconoció, por fin, la independencia. Debido a sus compromisos políticos con España, el gobierno de Francia tampoco reconoció oficialmente la independencia de México. No obstante, mantuvo relaciones comerciales con nuestro país, pues le interesaba comprar nuestros productos y, sobre todo, vender sus propias mercancías.
Empresarios y comerciantes franceses se instalaron en distintas ciudades, como Puebla, Veracruz, Guadalajara y México. Al igual que a muchos otros extranjeros, el gobierno les brindó facilidades para abrir sus negocios. En el aspecto económico su presencia fue positiva, pero en el terreno diplomáticodio lugar a graves problemas; tal fue el caso de la “Guerra de los pasteles”.
Aunque en la primera mitad del siglo xix Francia estaba más interesada en comerciar con México, algunos comerciantes y diplomáticos franceses comenzaron a ser atraídos por los asuntos políticos: apoyaban la idea de que en México volviera a establecerse un gobierno monárquico, como en tiempos de Iturbide, al cual ayudarían con tropas y dinero; a cambio esperaban recibir ventajas especiales para hacer negocios. Después de la independencia Inglaterra se volvió uno de los principales prestamistas de México, lo que permitió funcionar al gobierno de Guadalupe Victoria y provocó un endeudamiento que se prolongaría durante las siguientes décadas debido a que los diferentes gobiernos no tenían recursossuficientes para pagar. En 1825 Inglaterra reconoció la independencia de México y firmaron un tratado comercial por lo que llegarían a México inversionistas ingleses interesados en las minas (que se encontraban abandonadas e inundadas desde la guerra de Independencia), lo que ayudó mucho a la economía.
Estados Unidos fue uno de los primeros países que reconocieron la independencia de México. Esto era muy importante para nuestro país, pues se trataba de una república vecina que también había luchado duramente para obtener su independencia y, además, tenía una economía bastante próspera. Al igual que otras naciones como Francia, Holanda e Inglaterra, Estados Unidos estaba muy interesado en el comercio con México. Pero también algunos estadunidenses ambicionaban adquirir una porción del territorio nacional y tenían la mira puesta sobre todo en la provincia de Texas.
Desde su independencia de Inglaterra, en 1776, la población de Estados Unidos había crecido considerablemente. Hacia principios del siglo xix ya se había duplicado y continuaba en aumento, por eso en ese país había miles de personas dispuestas a colonizar nuevos territorios.
Además de apropiarse de las tierras que ocupaban los pueblos indígenas, el gobierno estadunidense compró el territorio de Luisiana a los franceses y arrebató la Florida a los españoles. De este modo sus fronteras se extendieron hasta los límites de Texas.
Texas contaba apenas con unos cuantos habitantes, por lo que el gobierno mexicano permitió que se establecieran allí algunos colonos provenientes de Estados Unidos, con la condición de que respetaran las leyes del país y fueran católicos. No tardó en llegar un gran número de inmigrantes, lo cual llevó a que hacia 1834 vivieran en Texas 30 mil angloamericanos y sólo un poco más de 3 mil mexicanos. Las diferencias entre ambos grupos eran muy marcadas. Los colonos extranjeros tenían sus propias costumbres: no hablaban español, no eran católicos y tenían esclavos (lo que iba en contra de las leyes de nuestro país). En diversas ocasiones Estados Unidos le propuso a México comprarle Texas. Pero esta propuesta fue rechazada por el gobierno porque vender una parte del territorio nacional se consideraba traición a la patria.
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