LOS INFORMES PISA DE LOS ÚLTIMOS AÑOS SEÑALAN QUE EL PERÚ OCUPA LOS ÚLTIMOS LUGARES DEL RÁNKING DE COMPRENSIÓN LECTORA ¿CUÁLES SON LAS POSIBLES CAUSAS Y SOLUCIONES DEL PROBLEMA?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Actualmente, las estadísticas arrojan cifras preocupantes sobre el poco hábito de lectura y su impacto en el desarrollo de los estudiantes. Ya sea por deficiencias en el sistema educativo, por una inadecuada motivación de la lectura o por una tendencia a la depreciación de la lectura por la primacía de lo visual; este es un problema que debemos comprender y buscar soluciones. Los últimos resultados de las pruebas PISA de comprensión lectora no son nada favorables para el Perú.
La lectura es clave para fomentar la capacidad cognitiva y el espíritu crítico en los escolares. Un alumno con problemas de comprensión de lectura tendrá serias dificultades en su desarrollo profesional y en la construcción de su ciudadanía. La ausencia de lectura nos hace menos libres, porque nos sustrae la posibilidad de estar preparados para saber elegir. Restringe, además, nuestra experiencia vital al aquí y ahora, a los límites que nuestra existencia nos impone, a lo que vemos y oímos a nuestro alrededor. La lectura, sin embargo, amplifica nuestras posibilidades, más allá de nuestra realidad circundante, hace que superemos las barreras históricas y geográficas de nuestra vida y devela el mundo para ejercer crítica sobre él con el afán de mejorarlo.
En los planes lectores se aboga mucho por una lectura mucho más cercana al estudiante, más relacionada con su experiencia de vida, sus gustos, temores, deseos y anhelos. Y esto es un muy buen comienzo para engancharnos como lectores. Sin embargo, no se deberían descartar de plano las llamadas obras clásicas, pero sí adecuarlas a las particularidades del grupo de estudiantes que tengamos. La lectura literaria es importante, pero también se deben hacer los esfuerzos por motivar lecturas de diferente naturaleza: históricas, científicas, periodísticas, etc. Las tecnologías de la información deben servir para fomentarlas.
Según el Consejo Nacional de Educación, los peruanos leemos menos de un libro por año, un alarmante promedio de 0,86. En el ámbito educativo, muchas veces se entiende la lectura como un deber, como una carga. Se la rodea de una serie de obligaciones que nada tienen que ver con la misma. La lectura, como actividad cognitiva es excelente, y en edad escolar no haría falta acompañarla de tareas, trabajos o controles de lectura, por lo tanto, si queremos que los estudiantes lean, no podemos convertir la lectura en una carga, sino en un acto que dé placer y produzca una sensación de crecimiento.
¿Cómo podríamos motivar a nuestros estudiantes en el hábito de lectura? Convertirlo en un acto placentero, y no en una tarea. Convertir el aula en un espacio en el que el diálogo sea fundamental, más que la exposición o la prueba escrita. Es cierto, que hay un nivel de evaluación de la comprensión lectora que es necesaria en el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero no debería quitarle protagonismo a la mera experiencia de la lectura, al poder aprehender el conocimiento de nuevas realidades, de analizar el sentido de lo escrito, de crecer con lo que se lee y de disfrutarla plenamente porque al hacerlo nos vamos convirtiendo en mejores personas.