Los estudios realizados sobre el origen de la vida según los siguientes científicos: Van Helmont, Redi, Needham, Pasteur, Oparin, Miller, Spallanzani, Urey.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El origen de la vida se ha intentado explicar mediante varias hipótesis
Entre los numerosos interrogantes que los científicos y pensadores se plantearon a lo largo de los siglos
acerca de "la vida", la pregunta sobre el origen de los organismos que los rodeaban tuvo un papel central. Ante la
ausencia de un mecanismo claro que explicara la permanente aparición de nuevos animales, muchos se volcaron hacia
la llamada idea de la generación espontánea.
Desde épocas muy antiguas, varias culturas creían que los seres vivos simples, tales como los gusanos, los
insectos, las ranas y las salamandras podían originarse espontáneamente en el polvo o en el cieno; que los roedores se
desarrollaban de los granos húmedos y que los pulgones de las plantas se condensaban a partir de una gota de rocío.
Un científico belga, Jan van Helmont (1577-1644), partidario de esta idea, realizó una experiencia para
demostrar la existencia de este fenómeno, y la registró de esta manera en su libro Ortus Medicinae, en 1667: " ...Las
criaturas tales como los piojos, garrapatas, pulgas y gusanos son nuestros miserables huéspedes y vecinos, pero nacen
de nuestras entrañas y excrementos. Porque si colocamos ropa interior llena de sudor con trigo en un recipiente de boca
ancha, al cabo de veintiún días el olor cambia, y el fermento, surgiendo de la ropa interior y penetrando a través de las
cáscaras de trigo, cambia el trigo en ratones. Pero lo que es más notable aún es que se forman ratones de ambos sexos,
y que éstos se pueden cruzar con ratones que hayan nacido de manera normal.... pero lo que es verdaderamente
increíble es que los ratones que han surgido del trigo y la ropa íntima sudada no son pequeñitos, ni deformes ni
defectuosos, sino que son adultos perfectos ..."
Esta experiencia resultó un evento muy interesante en la historia de la ciencia. A pesar de que las condiciones
experimentales no estaban controladas y no había prueba de que los eventos descriptos por van Helmont de hecho
ocurrieran, este trabajo apoyó la idea de la generación espontánea. Tendrían que pasar más de 200 años para llegar a la
refutación final de la idea de la generación espontánea.
Pasada ya la primera mitad del siglo XVII y la idea de la generación espontánea todavía seguía presente en las
mentes de muchos pensadores. En 1668, el toscano Francisco Redi (1626- 1697), médico del gran Duque de Etruria,
publicó un libro titulado "Experienze in torno de la generazione deg'Insetti" donde planteó un experimento sencillo pero
contundente para refutar las creencias acerca de la aparición súbita y espontánea de los seres vivos.
La preocupación de Redi era investigar el origen de los gusanos que aparecían en la carne en descomposición.
Para dilucidar si era cierta la noción de que los gusanos surgían por generación espontánea, de Jan van Helmont, o si
estos organismos tenían otro origen, Redi llevó a cabo un experimento en el que puso carne de serpiente recién muerta
en un grupo de recipientes de boca ancha, algunos con tapas, algunos cubiertos con una tela delgada y otros abiertos, y
observó que las larvas aparecían solamente en los frascos abiertos. La explicación fue que los gusanos aparecían sólo
en los frascos en los que las moscas podían entrar y depositar sus huevos.
El experimento de Redi fue modelo en su época ya que, si bien no controló todas las variables, fue el primer
estudio experimental en el que un naturalista utilizó los llamados "testigos".
Los resultados de Redi no fueron generalizados a otros organismos más pequeños, pero su experimento sentó
las bases para una extensa polémica sobre la generación espontánea de los seres vivos en años subsiguientes.
En 1676, estudiando al microscopio una muestra de agua de un charco, Antonio Van Leeuwenhoek (1632-
1723), encontró organismos vivos a los que llamó "animálculos": así, se abría ante sus ojos y los de los demás
observadores un mundo microscópico. Gran cantidad de personas, incluso los mismos reyes, viajaban a verlo para
observar las maravillas ocultas que aparecían a través de las lentes.