los espectadores podrian disfrutar un juego sin reglas? por que?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
e dice que al igual que con el cerebro, de las verdaderas capacidades de Internet sólo aprovechamos el 10 por ciento. Me intriga pensar qué haríamos usando el otro 90% del cerebro, pero me horroriza imaginar los alcances de utilizar el 90% restante de Internet.
Ésa parece ser también la preocupación de los realizadores de Un juego sin reglas (Nerve, Estados Unidos 2016), dirigida por Henry Joost y Ariel Schulman, basada en la novela homónima de Jeanne Ryan. Es una historia que se antoja de una ciencia ficción que está a la vuelta de la esquina, casi inminente, y por muy fantasiosa que parezca, preocupante.
En su temática, formato, ritmo, fotografía, música, la estética y el diseño de arte, la película está dirigida a público adolescente, pero se hace interesante también para otras edades. La protagonista es Emma Roberts, quien, para mayor referencia, sigue siendo la sobrina de Julia Roberts hasta que se gane una posición por méritos propios, pues por el momento sigue siendo una actriz muy menor.
Roberts interpreta a Vee, una adolescente que vive con su madre en Staten Island soñando con un cambio de vida que le permita salir de ese lugar. La mamá, una avejentada Juliette Lewis que tuvo sus mejores momentos como deschavetada actriz adolescente (Natural Born Killers), es una doctora, no tiene pareja y perdió un hijo en un accidente, lo que la ha llevado a ser sobreprotectora con Vee, que es insegura, aburrida y no se involucra en los planes rudos de su grupo.
Los amigos animan a Vee a registrarse en un juego online, que está causando sensación entre los jóvenes. El juego se llama Nerve y la mecánica es muy simple y peligrosamente irresistible. El sistema primero invita a registrarse, ya sea como jugador o como observador. Se van lanzando retos que, para enganchar, empiezan siendo muy sencillos y divertidos: besa a un desconocido por 100 dólares, canta una canción en público por 150, entra a una boutique de moda y pruébate un vestido de cuatro mil dólares por 500, todo grabado en su propio teléfono celular. El dinero se va depositando en la cuenta del ganador. El sistema conoce todo de los contendientes, pues han tomado los datos más personales de sus perfiles en Facebook, el big, big brother en su más pura expresión.
Dee, quien tiene cierto carisma, se va convirtiendo en la favorita de la noche y su número de seguidores se multiplica por segundos, cuando miles de observadores están al pendiente de su desempeño en los retos a través de las pantallas de sus celulares.
De empezar como una comedia juvenil casi intrascendente, Un juego sin reglas va adquiriendo un tono serio, al irse complicando los retos que van poniendo en peligro la integridad de los jugadores, que ya están atrapados a causa de su necesidad de tener miles de seguidores (esa estupidez de las tecnologías modernas que alimenta los egos inseguros y frágiles), la ambición porque los depósitos mientras más riesgo son más altos, y la adrenalina y la emoción de jugársela en un reto tonto.
Aunque con actuaciones un poco flojas es un película recomendable. Ahora sí, que niños: lleven a sus papás y viceversa.
Explicación:
Respuesta:
no
Explicación:
porque las reglas son una parte esencial del juego y sin reglas no hay orden,eso hace que sea dificil entender.
espero que ayude.