los 10 mandamientos. explicación ;V;
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
Amarás a Dios sobre todas las cosas: es decir, que solo se adora a un dios. Dios es la figura principal de la religión, por lo que este mandamiento significa que tienes que amarlo por su importancia como creador de todo y guía espiritual, y seguir sus pensamientos y escrituras.
No tomarás el nombre de Dios en vano: es decir que no debes jurar ante mi nombre
Santificarás las fiestas: no hace referencia a todos los festivos, sino que habla de las distintas festividades cristianas que se deben celebrar por su relación cristiana. Aún más importante es la otra parte del mandamiento, según la cual se debe santificar los sábados y asistir a las misas de las iglesias, siendo días de descanso en los que los cristianos deben descansar y rendir culto a Dios.
Honrarás a tu padre y a tu madre: es decir que respetaras y amaras a tus padres sobre todas las cosas
No matarás: es decir que dios dijo no matara a nadie o si no, no entraran a las puertas del cielo
No cometerás actos impuros: negando la lujuria, el adulterio y los demás actos moralmente cuestionables que tengan que ver con las relaciones sexuales. Debemos tener en cuenta que el mandamiento solo habla de acciones, ya que los pensamientos no están incluidos dentro del sexto mandamiento.
No robarás: hablando sobre que los seguidores de Dios no deben robar nada, ni siquiera en el caso de pobreza y posibilidad de muerte de hambre estas personas no deben hurtar ni alimentos ni ningún tipo de riqueza. No se habla de ningún caso en el que el robo este bien visto para el pueblo cristiano.
No darás falsos testimonios ni mentirás: Los mandamientos no solo tratan los temas relacionados con las acciones, sino que este noveno mandamiento también habla de no pensar sobre las acciones negativas comentadas en el resto de mandamientos. Es uno de los mandamientos más complicados de cumplir, debido a la dificultad de manejar la mente humana.
No codiciarás los bienes ajenos: su significado para hablar del décimo mandamiento que está relacionado con uno de los siete pecados capitales: la avaricia. Este mandamiento habla sobre no codiciar ni querer nada del vecino, intentando que no exista la envidia en tu cuerpo. Es un mandamiento importante ya que la avaricia puede llevar a romper algunos de los mandamientos anteriores.
Respuesta:
1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2. "No te harás imagen".
3. Santificarás las fiestas.
4. Honrarás a tu padre y madre.
5. No matarás.
6. No cometerás actos impuros.
7. No robarás.
8. No dirás falso testimonio ni mentirás.
9. No tendrás pensamientos ni deseos impuros.
10. No codiciarás los bienes ajenos.
Explicación:
1.Dios, nuestro Creador y Salvador, no comparte su señorío con nada ni con nadie. Él es el único verdadero Dios y solo a él debemos adorar y alabar. Ninguna otra cosa o persona debe ocupar el trono de nuestro corazón. Nuestra prioridad debe ser siempre pasar tiempo con Dios, escuchar su voz y hacer su voluntad.
2.En este mandamiento, el Señor condena la adoración de ídolos. La idolatría puede tener muchas formas. Algunas personas, aunque no se inclinan ante imágenes grabadas o estatuas, igualmente reemplazan al Dios viviente con otros ídolos como el dinero, las posesiones materiales, las ideas o el prestigio. Para ellos, “su tesoro es su dios”, un dios que “perecerá con ellos”
3.El tercer mandamiento nos manda honrar a Dios con obras de culto en los días de fiesta. En la ley antigua los días de fiesta eran los sábados y otros días particularmente solemnes para el pueblo hebreo; en la ley nueva son los domingos y otras festividades establecidas por la Iglesia. En la ley nueva se santifica el domingo, que significa día del Señor, en lugar del sábado, porque en tal día resucitó Jesucristo Nuestro Señor.
4.Con este mandamiento comienzan los que se enfocan en nuestras relaciones con los demás. Nuestros padres son las primeras personas importantes en nuestra vida y de ellos depende nuestra supervivencia los primeros años. Aunque los padres son imperfectos (como todos los seres humanos), el mandamiento nos llama a honrarlos y hasta nos da una promesa si lo cumplimos: disfrutaremos de larga vida.
5. El quinto mandamiento parece evidente: no matar, pero más allá del texto disuasivo nos encontramos frente a una llamada a la acción: velar por la vida del otro. Dios valora nuestra vida desde el mismo momento de la concepción (Salmo 139:15-16) y en este mandamiento se nos prohíbe acabar con la vida de las personas. Dios nos ama en gran manera y su plan o deseo para nosotros es que tengamos vida en abundancia y que recibamos la vida eterna a través de Jesús (Juan 10:10; Juan 3:16).
6.En una revelación de los últimos días, el Señor no sólo condenó el adulterio, sino toda “cosa semejante” (D. y C. 59:6). La fornicación, la homosexualidad y otros pecados sexuales son violaciones del séptimo mandamiento.
7.Aquí se nos exhorta a respetar la propiedad privada de los demás y a no intentar quitarles lo que les pertenece. Hay muchas otras cosas que podemos robar a la gente, no solo el dinero y sus posesiones. En Levítico 19:11-13 vemos que el mandamiento se refiere a esas cosas también.
8.Dios prohíbe todo tipo de mentira. No debemos mentir o calumniar buscando beneficiarnos, defendernos o hacer daño a los demás. Debemos esforzarnos en ser honestos, buscar la justicia y andar siempre en la verdad.
9. Para ser limpios de corazón es necesario rechazar con firmeza pensamientos y deseos impuros, que constituyen la raíz interna del pecado contra la castidad, y ya son pecado cuando se consienten. Sin embargo, vale la pena porque la pureza es una de las mayores fuentes de alegría, de paz y de energía en el progreso de la persona. Como dice Jesús en el sermón de la montaña, “bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5,8).
10.El décimo mandamiento se enfoca en la actitud de nuestro corazón y lo que ocurre en lo profundo de nuestro ser. Codiciar es desear con ansias algo que le pertenece a otra persona. Al codiciar mostramos insatisfacción con lo que Dios nos ha concedido en la vida. En vez de agradecerle por sus bendiciones y bondades, nos comparamos con los demás y encontramos faltas en aquello que Dios nos ha provisto.