los 10 leprosos son limpiados resumen
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Algunos de ellos eran altos, otros bajos; unos más maduros y otros más jóvenes. Los había que parecían proceder de familias "pudientes", mientras otros de ambientes muy humildes. Nueve de ellos eran israelitas y uno samaritano. En la vida normal los judíos y samaritanos no se relacionaban en absoluto, como leemos en (Jn 4:9).
Estos diez hombres tenían la misma necesidad y el mismo problema. Aunque hayan sido distintos, al acercarnos y observarlos más detenidamente nos hubiéramos quedado horrorizados al ver las terribles deformaciones que la enfermedad había producido en sus rostros y las pocas partes expuestas del cuerpo. Este milagro se caracteriza por el número de enfermos del mismo padecimiento. Muchas veces leemos que el Señor Jesucristo curaba toda clase de enfermedades, pero en pocas ocasiones curó varios enfermos del mismo mal. En (Mt 20:30) tenemos a los dos ciegos sentados junto al camino, a quienes sanó.
Cuando dos o tres personas se juntan y tienen en común que padecen de la misma enfermedad, como por ejemplo la diabetes, suelen compartir sus alternativas en cuanto a cómo sobrellevarla. Pienso que estos diez hombres estaban en distintas etapas del desarrollo de la lepra. Quien está en un estado incipiente del mal al contemplar a quien ya se encuentra en su etapa final, dirá para sus adentros: "Ojalá nunca llegue a tal estado". Los que todavía estaban mejor, han de haber visto en los otros la condición que les esperaba a ellos.
Versículo 11: "Aconteció que yendo a Jerusalén, pasaba por Samaria y Galilea". Lockyer señala acertadamente que Jesucristo nunca participó de ningún tipo de apartheid (segregación) como se ha hecho en varios lugares.
Versículo 12: "Cuando entró en una aldea, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos". Creemos que no eran de la aldea, pues no les estaba permitido vivir en la comunidad. (Lv 13:45-46) dice: "En cuanto al leproso que tiene la llaga, sus vestidos serán rasgados, y su cabeza será despeinada. Se cubrirá hasta la nariz y pregonará: ¡Impuro! ¡Impuro!. Todo el tiempo que tenga la llaga, quedará impuro. Siendo impuro, habitará solo, y su morada estará fuera del campamento". Es decir, que al problema de una grave enfermedad le seguía la separación de los suyos, debiendo aislarse de los demás seres humanos. No bien se diagnosticaba el mal que era pronunciado mundialmente con horror, debía abandonarse todo: familia, amigos, vecinos, ocupación y lugar de trabajo. Muy raramente en aquella época, cuando no existía tratamiento alguno, se producía el reingreso de alguno a su comunidad.
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