localiza las metáforas del poema no es nada de tu cuerpo de jaime sabines
Respuestas a la pregunta
respuesta : Jaime Sabines, en este poema, nos presenta el recuerdo constante y presente de la amada del protagonista. Se nos habla del final de una relación muy fuerte entre los dos protagonistas del poema, los dos amantes. El recuerdo de la amada que, que ya no está y de la que el protagonista recuerda cada parte de su cuerpo, cada recuerdo de su sexo.
Para el poeta, el único secreto que había entre ambos, quizá el más importante, por lo que podemos deducir que no era una relación que pudiera ser conocida por nadie, es la del dormitorio, la cama. Ese era el lugar, el principio del amor y del sexo y, al mismo tiempo el final del mismo, como metáfora de la tumba, de la muerte de la relación.
Explicación:
A través de la primera parte del poema hace una descripción de cada parte de su cuerpo. Todo es amor, todo es deseo, todos sexo. Todo lo físico es una explosión de belleza y al mismo tiempo de sexualidad que el protagonista del poema recuerda cada momento y que al mismo tiempo no es el culpable de la finalización de la relación.
En la segunda parte del poema, el protagonista da especial importancia a la mirada de la y es, quizás, esta parte la que nos puede dar poco de luz para saber qué es lo que ha pasado. Todo parece hermoso y que está en su sitio hasta que aparece una expresión que ya parece indicar que ha habido una discusión, reproches que han llevado a un final inesperado. Esto lo podemos deducir de la expresión «… ni es tu lengua de víbora … avispas en el aire ciego,…».
Es muy posible que la relación que se nos presenta es una relación que se basa, principalmente, en la parte física. En ningún momento se nos habla de la parte espiritual, de la parte emocional y de la relación personal entre ellos. Es más, la única indicación sobre esto, ese reproche de lo que hablábamos antes, es negativa. Es por ello que todo parece indicar que la relación entre ellos sólo puede ser de esta manera.
La última estrofa, que son dos versos, recuerdan el lugar en que vivían su amor, la cama, y que el protagonista tiene presente en su memoria y que su cuerpo recuerda a cada instante. En especial, la imagen de sus abrazos está presente constantemente.
Lo que más sorprende en este poema es la justificación del propio poeta hacia la amada en el que, a lo largo de los versos, no le hace ningún reproche y lo que más destaca es su cuerpo, su deseo, el lecho en el que estaban, etcétera. Los dos últimos versos nos presentan a un poeta que incluso parece estar triste por la pérdida y que insiste en recrearse en el recuerdo de la amada.
Poema original: No es nada de tu cuerpo
No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.
Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.