Lloraba la niña
(y tenía razón)
la prolija ausencia
de su ingrato amor.
Dejóla tan niña,
que apenas, creo yo,
que tenía los años
que ha que la dejó.
Llorando la ausencia
del galán traidor,
la halla la luna
y la deja el sol,
añadiendo siempre
pasión a pasión,
memoria a memoria,
dolor a dolor.
Llorad, corazón,
que tenéis razón.
Dícela su madre:
“Hija, por mi amor,
que se acabe el llanto,
o me acabe yo.”
Ella le responde:
“No podrá ser, no;
las causas son muchas,
los ojos son dos.
Satisfagan, madre,
tanta sinrazón
y lágrimas lloren
en esta ocasión,
tantas como de ellos
un tiempo tiró
flechas amorosas
el arquero dios.
Ya no canto, madre,
y si canto yo,
muy tristes endechas
mis canciones son;
porque el que se fue,
con lo que llevó
se dejó el silencio,
y llevó la voz.”
Llorad, corazón
que tenéis razón.
Respuestas a la pregunta
Contestado por
2
Esta muy buena tu poesía :)
naty4563:
gracias
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