Literatura nicaragüenses características
Ayuda porfavor
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Nicaragua, oficialmente llamado República de Nicaragua, es un país soberano ubicado en Centroamérica. Su capital es la ciudad de Managua, aunque anteriormente era León. Nicaragua es un país volcánico y tropical, en su interior alberga también dos grandes lagos: el Xolotlán y el Cocibolca o "Gran lago de Nicaragua".
Explicación:
Saludos desde Argentina.
Respuesta:
La literatura nicaragüense suele pensarse desde las influencias recibidas, en particular las influencias francesas y, en cuanto de la vanguardia se trata, también estadounidense, con, entre otras, las traducciones de Ezra Pound por Ernesto Cardenal y José Coronel Urtecho. En Rápido Tránsito (al ritmo de Norteamérica), Coronel Urtecho nos entrega un estudio de la literatura estadounidense que, de una forma u otra, nutrió la vanguardia y sus representantes. Probablemente se debe dedicar un capítulo aparte a la influencia de la poesía francesa sobre Darío, desde Hugo hasta Baudelaire.
2Pensar la literatura nicaragüense es también inscribirla dentro de un contexto universal en el que, si, a lo mejor, debe reconocerse que, por falta de promoción, no poseyó un impacto permanente y continuo, sin embargo se dio como un fenómeno por lo menos de interactuación.
3Darío, evidentemente, representa el hito de la influencia de la literatura nicaragüense en el mundo hispánico. Su importancia en la reelaboración de las formas de hacer poesía fue fundamental para España, como lo expresa en las palabras introductivas a Cantos de Vida y Esperanza. El mundo latinoamericano también recibió esta influencia de Darío, a prueba los discursos que se elaboraron acerca del poeta, como el de los argentinos Matamoros y Borges, o las valoraciones del español García Lorca y del chileno Neruda.
4A decir verdad, la recepción del peso de Darío en América Latina y España provocó las mismas reacciones que en la propia Nicaragua por los vanguardistas: distanciamiento del modelo dariano. Al dialectizarlo, se impone el recurso a modelos que, paradójicamente, se orientan hacia lo americano en sentido más amplio de lo que se acostumbra pensar; dicho de otra forma, al afrancesado Darío se contrapone una generación de autores latinoamericanos, incluido en Nicaragua, que miran tanto hacia lo colo-quial y regional como hacia la literatura de América del Norte. Se trata, pues, podría decirse, de un americanismo amplio y global.
5El valorar la literatura nicaragüense desde sus aportes a la literatura universal sería no obstante difícil, por el impacto todo relativo de los autores posteriores a Darío. Sea por apartarse del modelo dariano, sea por incapacidad a trascender los límites de su propia definición geográfica, la literatura nicaragüense se quedó apartada del sistema de difusión universal. Tal fenómeno se debe en particular a la deficiencia de unidad gremial de los autores nicaragüenses en general, a pesar de la existencia de algunos organismos centralizadores, a la ausencia drástica de política de promoción nacional, a nivel institucional, a la todavía escasa producción de géneros no poéticos, la poesía careciendo del poder de venderse ampliamente, a la ausencia, como en lo que a las artes audiovisuales respecta, de obras de ficción no comprometidas con la denuncia, y más bien orientadas hacia el disfrute del lector, a la ausencia de conocimiento de parte del público nacional de sus autores, a la inexistencia de librerías que no sean meros puestos de venta de papel y lapiceros, y a la pésima formación de la mayoría de los bibliotecarios nacionales, los cuales favorecen “sin querer queriendo” el desperdicio y el abandono del material escrito, internacional como nacional, ya que, por falta de bibliotecarios, hay falta de conservación. Regalados, vendidos, botados o quemados, así terminan desgraciadamente, y no por asuntos de guerra, los libros en Nicaragua. No se encontrará en la Biblioteca Nacional ni las obras de Alfonso Cortés, ni de Azarías H. Pallais, ni de autores jóvenes. La presencia de la literatura nicaragüense se da así más que todo por programas de difusión extranjeros, alemanes en particular, que difundieron en su país las obras de escasos autores, tres más que todo: Ernesto Cardenal, Gioconda Belli y Sergio Ramírez.
6En los Estados Unidos, el crítico Stephen White es quien se encarga de difundir a su nivel la literatura nacional. En Francia, desde el 2001 mediante la editorial Bès, el autor del presente trabajo se dio a la tarea de estudiar, traducir y publicar El Güegüence y las obras de Salomón de la Selva, Alfonso Cortés, Carlos Martínez Rivas, Ernesto Cardenal, Raúl Orozco, Marta Leonor González, Héctor Avellán, así como de jóvenes autores nacionales (también desde el 2006 mediante la revista internet Gojón). Sin embargo, tales iniciativas no han recibido el apoyo nicaragüense, ni siquiera en la medida del conocimiento de tales labores y empresas. De hecho, sólo escasamente fueron reseñadas y nunca promovidas al nivel interno.