libro la cuadra descripcion de la vida de kokorito y claudia porfa es para mañana
Respuestas a la pregunta
Respuesta:La cuadra, primera novela del autor medellinense Gilmer Mesa, puede catalogarse como un pacto de franqueza: no es un relato que se atomiza en giros y esfuerzos impostados. Gilmer habla directamente, establece con el lector un acuerdo de partes, y desde el inicio deslumbra con las formas de lo cotidiano: «A la hora de crear, lo único que debe tenerse como principio es la honestidad. En mis historias puedo ser honesto».
La cuadra es una conversación en alguna tienda del barrio: el autor se sienta contigo, pide algo de tomar para los dos y despliega un memorial de sus años de infancia y juventud rodeado por conceptos que parecen opuestos, pero que en su voz hacen parte de un mismo árbol: violencia, lealtad, familia, muerte y compasión.
Es la década de los ochenta, es Medellín, es el narcotráfico, es un barrio en las laderas que ascienden ante el curso dominado del río; es la historia del combo de Los Priscos, su ejército y sus huellas imborrables.
Explicación:La cuadra
En una conversación que tuve con Gilmer Mesa a propósito de este libro, Gilmer insistió mucho en algo: sólo podemos hablar con propiedad de lo que conocemos, de lo que hemos vivido y presenciado, porque está escrito en nuestra memoria. «Contando la historia de su familia y de su barrio uno está también contando la historia del país. Todo acto creativo es complejo, pero el que me interesa es el personal. De hecho los griegos contaron todo sobre la condición humana, y lo demás lo escribió Shakespeare», me dijo.
El principio y el final de la novela están unidos por una fotografía: «En ella se ve a un grupo de niños de similar edad, algunos disfrazados y otros no, pero todos sonrientes y felices, con la felicidad que da la simpleza de estar con los amigos», nos describe el narrador. Es una fiesta de Halloween de hace 25 años, y el que tomó la foto es Gilmer. Pero todos los personajes en la postal están ya muertos. Se los llevó la guerra en el barrio y la guerra en la ciudad. Entre ellos, el ser más querido por Gilmer: su hermano Alquívar. A él está dedicado el octavo capítulo, y a esa figura ofrece Gilmer las líneas más honestas del libro. Alquívar que crece en Aranjuez, vive su corta vida entre las callejuelas y las esquinas del barrio, Alquívar que por razones del destino entra al combo, y Alquívar que es asesinado