libro anders resumen capitulo 4
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Quijote feliz de ser ya caballero, y decidiendo volver a su casa a buscar dinero y otros elementos que le habían recomendado buscar, y que no llevaba con él, pues nunca en los libros de caballerías se los mencionaba. También decide conseguirse un escudero, ya con un labrador vecino en mente.
En el camino escucha unos lamentos. Don Quijote que ya se había referido al sabio brujo que registrará su historia continúa hablando solo como si alguien lo estuviera escuchando. Continúa también imitando el lenguaje de los libros de caballerías, rebuscado, repetitivo e incoherente
Estas voces, sin duda, son de algún menesteroso o menesterosa que ha menester mi favor y ayuda.
Quijote se alegra de encontrar alguien a quien ayudar, para cumplir con su misión. Encuentra entonces a Andrés, atado y su patrón golpeándolo. Por las palabras de ambos deducimos que Andrés cuida las ovejas de Juan Haldudo, pero no ha tenido cuidado en su tarea.
—Descortés caballero, mal parece tomaros con quien defender no se puede; subid sobre vuestro caballo y tomad vuestra lanza—que también tenía una lanza arrimada a la encina adonde estaba arrendada la yegua—, que yo os haré conocer ser de cobardes lo que estáis haciendo.
Quijote inmediatamente interviene, quiere impartir justicia, y presenta su modo de pensar, es injusto y cobarde atacar a alguien que no puede defenderse, y lo desafía a un duelo en igualdad de condiciones. Al verse amenazado Juan explica la situación y acusa al chico de mentir, lo cual enfurece a Don Quijote, él no concibe la mentira en su visión del mundo. Además lo ve en términos de blanco y negro, como lo presentan las novelas de caballería, ve a Andrés como un perfecto inocente, sin concebir posibles matices en la situación, o una culpa del chico.
Juan desata a Andrés y Quijote calcula (mal) la deuda, el labrador sostiene que se le debe restar a la misma por unos zapatos y unas sangrías que le pagó al chico. Quijote en su afán de encontrar una justicia perfecta encuentra una correspondencia entre el cuero de los zapatos y el cuero del gurí que le rompió a golpes; y las sangrías, y la sangre que le hizo derramar, por lo que entiende que la deuda está saldada.
El labrador ve que Quijote se rige por ciertos valores, y encuentra la forma de manejar hábilmente la situación, siguiéndole la corriente, y dice que le pagará en la casa. Ante la negativa de Andrés, Quijote considera que el juramento es sagrado, y que la palabra de un hombre tiene valor.
Se manifiesta el contraste entre el mundo mental del Quijote y el mundo real, él habla de caballeros, pero Andrés señala que Juan no es ningún caballero, es un hacendado vecino. Hay un choque entre el mundo de héroes y seres extraordinarios en el que vive la mente del Quijote, y el mundo real, cotidiano,