-leyendas chiricanas porfa con su historia .
- doy coronita si esta bien
Respuestas a la pregunta
BIBLIOTECA DE BOQUETE
LEYENDAS CHIRICANAS DE CÉSAR SAMUDIO
2/5/2018
Hace unos días el Lic. César Samudio visitó la Biblioteca de Boquete y nos facilitó, para la colección y para la venta, la nueva versión de su gustado libro: Leyendas Chiricanas. Con una atractiva portada, Leyendas Chiricanas se renueva con un volumen que consta de 258 páginas ilustradas y regala al lector 7 cuentos nuevos: La pirula, El príncipe Tullido, La leyenda de los indios conejos, La mata de la piña, La isla de Pedro Sueño, La mano invisible y Fraude contractual. A un precio de venta de B/.10.00, los invitamos a disfrutar de esta nueva entrega que no puede faltar en su biblioteca personal.
Respuesta:
Las leyendas chiricanas son muy larga pero bn te daré una
Juan de Pomoceno
César Samudio-Castro*
Esta es la historia de un hombre de la vida real que vivió en El Paso de la Guitarra, en San Pablo Viejo, un lugar donde decían que salía el diablo, que se dedicaba a potrear animales (caballos, burros, mulas o cualquier animal bronco que nadie se atreviera a montar). Este hombre, que se llamaba Juan de Pomoceno (posiblemente se trate de Juan Nepomuceno Venero Agnew), era muy conocido en el área de Alanje y David porque, además de mujeriego y tomador de guaro, era un excelente jinete y muy deslenguado y hereje.
Su fama de magnífico jinete era ampliamente conocida; la gente llegaba de todas partes a contratarlo para hacer trabajos especiales (montar animales montaraces o endiablados) porque sabía que éste era el único jinete que había en toda la provincia que era capaz de montar “todo lo que no se podía montar”. Dicen, por ejemplo, que cogía un macho bronco y en una sabaneta se montaba al revés y a punta de pipe de toro y de gritos doblegaba al animal, hasta dejarlo dócil como un perrito faldero. Este jinete tenía una tía que, viendo las maromas que él hacía, siempre le decía preocupada: “Oye muchacho, ¡ten cuidao!” Su respuesta siempre era la misma: “No se preocupe tía; a Juan de Pomoceno ni el diablo se lo lleva”.
Cuando Juan empezaba a amansar a un nuevo animal primero se tomaba una pacha de guaro de un solo trago; la gente se aglutinaba para ver sus acrobacias. Montaba a estos animales con silla o sin silla. Se montaba de un brinco. Se montaba cara hacia atrás; cara hacia adelante. El animal podía dar mil brincos, pero él, en vez de caerse, seguía gritándole y dándole cuero y más cuero, hasta que finalmente al animal se le quitaran las ganas de brincar. Así de agresivo era el estilo de este gran amansador de animales broncos que todo el mundo conoció con el nombre de Juan de Pomoceno.
Jinete loco, Juan de Pomoceno, Leyendas Chiricanas
Explicación:
Espero te ayude y me des coronita