Filosofía, pregunta formulada por ochoaveneradannyluz, hace 6 meses

- LEO Y RESPONDO: Leo el siguiente fragmento del libro "EL MUNDO DE SOFIA."
¿Dije ya que lo único que necesitamos para ser buenos filósofos es la
capacidad de asombro? Si no lo dije, lo digo ahora: LO ÚNICO QUE
NECESITAMOS PARA SER BUENOS FILÓSOFOS ES LA CAPACIDAD
DE ASOMBRO. Todos los niños pequeños tienen esa capacidad. No
faltaría más. Tras unos cuantos meses, salen a una realidad totalmente
nueva. Pero conforme
ir
creciendo,
capacidad parece
disminuyendo. ¿A qué se debe?...
van
esa
RESPONDO:
7. ¿He perdido la capacidad de asombro en el transcurso de mi vida en relación a mi ámbito
personal? (amistad, amor, fraternidad, idea de Dios)​

Respuestas a la pregunta

Contestado por valeDsander
4

Respuesta: El mundo de Sofía

Jostein Gaarder

Índice

El jardín del Edén

El sombrero de copa

¿Qué es la filosofía?

Un ser extraño

Los mitos

La visión mítica del mundo

Los filósofos de la naturaleza

El proyecto de los filósofos

Los filósofos de la naturaleza

Tres filósofos de Mileto

Nada puede surgir de la nada

Todo fluye

Cuatro elementos

Algo de todo en todo

Demócrito

La teoría atómica

El destino

El destino

Ciencia de la historia y ciencia de la medicina

Sócrates

La filosofía en Atenas

El hombre en el centro

¿Quien era Sócrates?

El arte de conversar

Una voz divina

Un comodín en Atenas

Un conocimiento correcto conduce a acciones correctas

Atenas

Platón

La Academia de Platón

Lo eternamente verdadero, lo eternamente hermoso y lo eternamente bueno

El mundo de las ideas

El conocimiento seguro

Un alma inmortal

El camino que sube de la oscuridad de la caverna

El Estado filosófico

La Cabaña del Mayor

Aristóteles

Filósofo y científico

No hay ideas innatas

Las formas son las cualidades de las cosas

La causa final

Lógica

La escala de la naturaleza

Ética

Política

La mujer

El helenismo

El helenismo

Religión, filosofía y ciencia

Los cínicos

Los estoicos

Los epicúreos

El neoplatonismo

Misticismo

Las postales

Dos civilizaciones

Indoeuropeos

Los semitas

Israel

Tomás se sorprendería, naturalmente, pero se sorprende muy a

menudo. Papá hace tantas cosas curiosas que un pequeño vuelo

por encima de la mesa del desayuno no cambia mucho las cosas

para Tomás. Su papá se afeita cada día con una extraña

maquinilla, otras veces trepa hasta el tejado para girar la antena

de la tele, o mete la cabeza en el motor de un coche y la saca

negra.

Ahora le toca a mamá. Ha oído lo que acaba de decir Tomás y se

vuelve decididamente. ¿Cómo reaccionará ella ante el

espectáculo del padre volando libremente por encima de la mesa

de la cocina?

Se le cae instantáneamente el frasco de mermelada al suelo y

grita de espanto. Puede que necesite tratamiento médico cuando

papá haya descendido nuevamente a su silla. (¡Debería saber que

hay que estar sentado cuando se desayuna!)

¿Por qué crees que son tan distintas las reacciones de Tomás y

las de su madre? Tiene que ver con el hábito.

(¡Toma nota de esto!) La madre ha aprendido que los seres

humanos no saben volar. Tomás no lo ha aprendido. El sigue

dudando de lo que se puede y no se puede hacer en este mundo.

¿Pero y el propio mundo, Sofía? ¿Crees que este mundo puede

flotar? ¿También este mundo está volando libremente?

Lo triste es que no sólo nos habituamos a la ley de la gravedad

conforme vamos haciéndonos mayores. Al mismo tiempo, nos

habituamos al mundo tal y como es.

Es como si durante el crecimiento perdiéramos la capacidad de

dejarnos sorprender por el mundo. En ese caso, perdemos algo

esencial, algo que los filósofos intentan volver a despertar en

nosotros. Porque hay algo dentro de nosotros mismos que nos

dice que la vida en sí es un gran enigma.

Explicación:

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