Castellano, pregunta formulada por linaparra1701, hace 6 meses

leer la leyenda y responder
Las Lágrimas del Sombrerón
Celina era una niña muy bonita. La gente del callejón del Carrocero, en el barrio de Belén, la veía
todos los días y nunca terminaban de admirarla. Y es que mientras más crecía Celina, más linda se
ponía:
-¡Qué ojos tan hermosos!
-¡Sí, tan grandes sus ojos!
-¡Y qué pelo el que tiene!
-¡Tan largo y ondulado!
-¡Se parece a la virgen del Socorro de la catedral!
Y en verdad, Celina se parecía a la pequeña estatua de la virgen del Socorro, morena y llena de
gracia. Hasta su nombre era extraño, como venido del cielo, o sacado de algún libro de cuentos.
La fama de su belleza comenzó a correr por toda la ciudad. Además de ser bonita, verdaderamente
bonita, Celina era muy trabajadora: ayudaba a su mamá a hacer tortillas de maíz para venderlas en las casas ricas
Verla correr por las calles, vendiendo las tortillas que hacía su mamá, era el deleite de chicos y
viejos: todos quedaban impresionados por su belleza.
Una tarde, a eso de las seis, en la esquina de la calle de Belén y callejón del Carrocero, sin más ni
más, aparecieron cuatro mulas amarradas al poste del alumbrado eléctrico. Las mulas llevaban
cargas de carbón al lomo.
-¿No serán las mulas del Sombrerón?
-comentó una mujer.
-¡Dios nos libre, ni lo diga, chula!
-le respondió otra al pasar.
Esa noche Celina estaba muy cansada después de haber trabajado todo el día. El sueño comenzaba a
dominarla, cuando oyó una música muy linda: era la voz de alguien que cantaba acompañado con una guitarra
-Mamá, ¡oiga esa música!
-¿Qué música? lo que pasa es que te está venciendo el sueño.
-¡No, mamá, oiga qué belleza! Pero la tortillera no oía ninguna música.
-Lo mejor es que te duermas, mi niña.
Celina no podía dormir oyendo aquella música encantadora. Hasta sus oídos llego claramente la voz
cantarina que decía:
- “Eres palomita blanca como la flor del limón si no me das tu palabra me moriré de pasión”.
A las once de la noche, el callejón quedó en silencio y la recua de las mulas carboneras se perdió en
la oscuridad. Noche a noche se repitió lo mismo, lo único que la gente notaba eran las mulas con su
carga de carbón, atadas al poste, en cambio Celina, se deleitaba con las canciones que escuchaba.
Una noche, a escondidas de su mamá, Celina salió a espiar en la oscuridad porque quería conocer al
dueño de la voz. Por poco se muere del susto. ¡Era el Sombrerón! un hombrecito con un sombrero gigantesco, zapaticos de charol y espuelas de plata. Mientras bailaba y cantaba tocando su guitarrita
de nácar, enamoraba a la niña:
Los luceros en el cielo
Caminan de dos en dos
Así caminan mis ojos
Cuando voy detrás de vos…
¡Celina no pudo dormir esa noche! No podía dejar de pensar en el Sombrerón. Todo el día siguiente
lo pasó recordado los versos, Quería y no quería que llegara la noche; quería y no quería volver a
ver al Sombrerón. Esa semana Celina dejó de comer, dejó de sonreír.
-¿Qué te pasa hijita? -Le decía su mamá-. ¿Te duele algo?
¿Estás enferma? –Pero Celina no hablaba.
-La habrá enamorado el Sombrerón –Le dijeron y la tortillera desesperada, siguiendo consejos de
los vecinos, la llevó lejos de su casa y la encerró en una iglesia. Porque la gente cree que los
fantasmas no pueden entrar en las iglesias
A la noche siguiente llegó el Sombrerón al callejón
del Carrocero, pero no encontró a la niña. Se puso como loco y comenzó a buscarla por toda la
ciudad, sin encontrarla. Al amanecer se alejó, silencioso, con su recua de mulas atrás.
La mamá de Celina y los vecinos estaban contentos, porque habían logrado liberarla del Sombrerón.
Pero Celina, encerrada en la iglesia, enfermó de pura tristeza y amaneció muerta un día.
Estaban todos velando a la niña, en casa de la tortillera, cuando escucharon un llanto desgarrador
que los heló del susto. ¡Era el Sombrerón que venía arrastrando sus mulas! Se detuvo junto al poste
de la esquina y comenzó a llorar:
Corazón de palo santo
ramo de limón florido
¿por qué dejas en el olvido
a quien te ha querido tanto?
¡Aaaaaaay… aaay!
Mañana cuando te vayas
poy a salir a al camino
para llenar tu pañuelo
de lágrimas y suspiros
Nadie supo a qué hora se fue el Sombrerón. Se fue alejando, llorando, llorando, hasta que se fundió
en la noche oscura. A la mañana, cuando los dolientes salieron de la casa de la tortillera, se
quedaron maravillados: ¡Había un reguero de lágrimas cristalizadas, como goterones brillantes,
sobre las piedras lejas de la calle!
responder
¿Quién era el sombrerón? Descríbelo física y comportamentalmente
¿Dónde se aparece el sombrerón y a quíen ataca?
¿Qué hace el sombrerón y por qué algunas personas le tienen miedo?
¿Por qué “el sombrerón” es una leyenda y no un mito? Explicalo

Respuestas a la pregunta

Contestado por RossIdk
0

Respuesta:

1. Un hombrecito con sombrero gigantezco, zapatitos de charol y espuelas de plata. Cantaba y tocaba su guitarra.

2. Se aparece en un callejón cantando una canción.

3. ...

4. Porque


linaparra1701: gracias pero esta incompleto
Otras preguntas