Las universidades durante la vigencia de la Reforma de 1918?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Al cumplirse el nonagésimo aniversario de la Reforma Universitaria redacté un texto –en el que se basan los párrafos que siguen– titulado “El pasado renovado, única garantía de modernidad” 1. Esa frase proviene de “La Campaña”, una novela en la que Carlos Fuentes recrea la independencia de Sudamérica y en donde dice: “¿Entenderían los patriotas suramericanos que sin ese (su) pasado nunca serían lo que anhelaban ser: paradigmas de la modernidad? La novedad en sí es ya una anacronía: corre hacia su vejez y su muerte irremediables. El pasado renovado es la única garantía de modernidad”2. Esa frase, evocada también a propósito de la Reforma Universitaria por Francisco Delich3, resume admirablemente los imperativos de lo humano: la memoria, la ineludible necesidad de reconocemos como herederos y el cambio, el llamado a renovar esa herencia recibida para construir el futuro.
Esta idea constituye el estímulo para buscar en los principios del movimiento reformista –generado en el pasado pero que “mantiene alerta una conciencia civil, institucional, ética en el sentido más generoso del término” 3– el impulso para acometer la imperiosa tarea de renovarlo para así mantener su vigencia. Ya lo señaló hace más de cuatro décadas el rector de la Universidad de Buenos Aires Risieri Frondizi cuando dijo: “Cabe llenar hoy de contenido el grito juvenil de indignación y poner la Reforma al día” 4. Cada generación, haciendo “ejercicio responsable de la imaginación”5, debe mantener vigentes, no ya las formas rituales, sino sus principios y, en base a ellos, preparar a la institución universitaria para enfrentar los desafíos que le plantean los tiempos de acelerados cambios que vive.
Deodoro Roca, uno de los más importantes protagonistas de la Reforma Universitaria de 1918, señaló que esa gesta utópica actuó “como levadura de procesos más vastos” 6. En 1936, con la perspectiva del tiempo transcurrido, dijo: “Fue un camino provinciano que ‘iba’ a dar un maestro. Buscando un maestro ilusorio se dio con un mundo. Eso ‘es’ la Reforma: enlace vital de lo universitario con lo político, camino y peripecia dramática de la juventud continental, que conducen a un nuevo orden social” 6.
Ese destino de epopeya junto con su dimensión esencial de fermento de transformaciones, justifican el ingreso a la historia de la Reforma Universitaria de 1918. En un estudio reciente acerca de su discurso ideológico, Hugo Cancino señala que este “se gestó y desarrolló en la matriz de un amplio movimiento social de modernización/democratización que expresó a un amplio espectro de grupos sociales en ascenso” 7. Otro de los actores de las jornadas del 18, Julio V. González, se interroga: “¿Cómo se explica que la nueva generación, que recibía la cultura y la ideología forjada por la precedente y plasmada en los métodos de las viejas universidades, surgiese con una sensibilidad nueva, con una ideología propia y repudiase la que se pretendía inculcar? Fue debido a la presión enorme de las circunstancias externas, porque la guerra, la revolución rusa y el radicalismo, produjeron la crisis de todos los principios éticos y sociales y el fracaso de las clases dirigentes” 8. Prosigue: “En definitiva, y por la concurrencia de diversos factores, la nueva generación nacía enarbolando la Reforma Universitaria, y ambas eran impulsadas a la vida por una fuerza recóndita de renovación social, que brotaba del fondo mismo de la colectividad” 8.
El movimiento se inicio en junio de 1918 en la Universidad Nacional de Córdoba y con el paso del tiempo se extendió por toda América Latina, intentando hacer valer los derechos de los estudiantes. A grandes rasgos, la intención de dicho movimiento era reformar la estructura, los contenidos y los fines de la universidad.
Tal vez, en un principio, los estudiantes de Córdoba sólo pretendían realizar una huelga universitaria en reclamo de diversos cambios en la universidad, pero dicha huelga fue tomada como punto de partida para muchas otras ciudades que lo tomaron como ejemplo y de una pequeña huelga se paso a un movimiento social que se extendió por toda América Latina y algunas partes de Europa.
Los valores de aquella huelga siguen vigente hasta el día de hoy, sin la reforma del '18 no sería posible la universidad pública, gratuita y autónoma que tenemos hoy en día. Y el apoyo del gobierno Radical de Hipólito Irigoyen fue imprescindible para esos logros.
Este acontecimiento esta íntimamente ligado al gobierno de Irigoyen, con el nombre de La Reforma Universitaria se conoce la movilización estudiantil, que comenzada en Córdoba, se expandió hacia las restantes universidades del país y luego de Latinoamérica. Este movimiento produjo reformas de tal magnitud en la universidad, que hasta el día de hoy mantienen una sólida vigencia.
La Universidad no podía quedar relegada del fabuloso impulso democratizador que estaba recorriendo a la sociedad, los nombramientos a dedo, los cargos vitalicios, el autoritarismo como única arma pedagógica, la presencia permanente de la iglesia en las decisiones académicas, la falta de actualización en los conocimientos y el aislamiento con respecto a la sociedad y sus problemas fueron algunos de los motivos de las primeras revueltas.
Los grupos juveniles que se insubordinaban contra sus maestros, se levantaban, en rigor, contra la generación de sus padres, contra el estilo de vida que se les ofrecía como impuesto por la tradición, contra el ambiente que predominaba en el país, y que parecía cortar sus posibilidades futuras.
En lo que coincidían todos fue en la incapacidad de los profesores, su insolvencia intelectual, su tendencia dogmática, su indiferencia frente a los problemas nuevos de la vida y de la cultura.
Pero sobre todo enjuició el régimen del profesorado, que constituía a sus ojos una casta que detentaba las cátedras universitarias y los cargos directivos como si los poseyeran por derecho divino. En primer término, el soplo democrático, bien entendido, por todas las cláusulas circulaba en su fuerza. En segundo lugar, la necesidad de ponerse en contacto con el dolor y la ignorancia del pueblo, ya sea abriéndole las puertas de la universidad o desbordándola sobre él.
Directamente conectados con los promotores de Córdoba, que formaron lo que llamaron el comité pro reforma, pensaban en que podían tomar a cargo la constitución de la Federación Universitaria Argentina (FUA), con delegados representativos de los estudiantes de las cinco Universidades, entidad por lo tanto encargada del apoyo al movimiento cordobés y de la amplia nacionalización del conflicto.
El 11 de abril se fundó la federación con delegados directos. En la reunión se aprobó, convocar al Primer Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios. Se dispuso que la Universidad era una comunidad constituida por todos sus miembros, y son miembros de la Universidad los profesores, los estudiantes, y los graduados vinculados.
La Reforma influenció a todos los partidos políticos (a favor y en contra), derivo en la creación de nuevos agrupamientos, de entre sus participantes emergieron gran cantidad de dirigentes políticos e intelectuales, influenció también, hasta el día de hoy, la constitución de la Universidad Argentina, y penetró fuertemente en las vanguardias literarias de la época.
Por ultimo este movimiento fue visto con agrado desde el gobierno radical, quien prontamente lo apoya.